1. Piedra, papel o tijeras -3


    Fecha: 10/07/2020, Categorías: Intercambios Autor: juliuspartacus, Fuente: CuentoRelatos

    ... anonadado, no la soltaba y seguía apretándola fuertemente los glúteos, le dijo mi madre, todavía sonriendo, muy cortada
    
    L Ya puedes soltarme, cariño. Como me aprietes tanto, me vas a producir moratones en el culo.
    
    Y eso hizo que la soltarla, y ella, despegándose de mí, con la cara de un rojo carmesí, me miró el enorme paquete que tenía a la altura de la bragueta del pantalón Y mi madre, dándome la espalda, se alejó balanceando impúdicamente el culo, o al menos eso me pareció, mientras la veía cómo se metía en su dormitorio, cerrando la puerta tras de sí.
    
    Saliendo echó una ojeada a la ventana del dormitorio donde había entrado ella. Ya, situado detrás de la ventana, bien que pude ver como mi madre, de espaldas a la ventana donde me encontraba, se quitó en un momento el vestido, que tiró sobre la cama, el sostén, que siguió el mismo camino, y, cómo no, bajándose las bragas, se agachó a recogerlas del suelo, enseñándonos su formidable culo, ya sin adornos, en todo su esplendor, con su sonrisa vertical y con su hermoso y quizá inmaculado “hoyo”.
    
    Tirando igualmente las bragas sobre la cama, se metió completamente desnuda con rápidos saltitos en el cuarto de baño, cerrando también la puerta tras de sí, pero no sin antes haberme deleitado bamboleando provocativamente sus glúteos a cada brinquito que daba
    
    Me que sin aire, conteniendo abrumado la respiración, sin dejar de contemplar ese milagro de la creación, que era el fabuloso culo de mi madre.
    
    Me acorde que en el ...
    ... baño había una pequeña ventana así que corriendo salí puse un tambo para subirme y poder ver lo que pasaba. Una canción pop en inglés se escuchaba desde el baño, donde mi madre, como acostumbraba, había puesto la radio. Al mismo tiempo que salía agua de la ducha, la vista era desde el reflejo del espejo que había ahí Y allí estaba ella, debajo de la ducha, casi sin moverse, disfrutando de cómo el agua corría sensualmente por su cuerpo completamente desnudo como si la estuviera copulando, apasionadamente cogiendo.
    
    En silencio, sin moverme y apenas sin respirar, contemplaba entusiasmado y erecto, como mi madre, después de aguantar sin moverse bajo el agua durante casi cinco minutos, empezó a acariciarse lentamente sus pechos, perezosamente, incidiendo en sus pezones que cada vez aumentaban más de tamaño y adquirían un color aún más oscuro, casi negro.
    
    ¡Se estaba masturbando! ¡Mi propia madre se estaba masturbando delante de mí! Una de sus manos descendió lentamente a su vientre y de ahí todavía más, hasta su entrepierna, y comenzó a acariciarse también su sexo, poco a poco, despacio, restregando sus dedos, la palma de sus manos, una y otra vez, arriba y abajo, metiendo los dedos dentro de su vagina, unas veces uno, otras más de uno y poco a poco su respiración se fue haciendo más profunda, más agitada.
    
    Girándose, se colocó de espaldas a mí, inclinándose un poco hacia delante, y pude verle sus sensuales glúteos y los movimientos que les imprimía. Al abrirse de piernas, ...
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