1. Piedra, papel o tijeras -3


    Fecha: 10/07/2020, Categorías: Intercambios Autor: juliuspartacus, Fuente: CuentoRelatos

    ... fueron a la sala a platicar yo me fui al cuarto pero al ir subiendo mis abuelos le preguntaron por qué se había enojado con mi papa yo me quede n la escalera escuchando mi mama les dijo que le reclamo que ya n la tocaba que en cuatro meses no le había hecho el amor y que ella estaba necesitada de sexo mi padre le dio excusas tontas y ella decidió venir acá con ellos para calmar las cosas
    
    Por la noche tuvimos que dormir en una cama de matrimonio para mí fue un suplicio. Hacía mucho calor mi madre se puso un camisón mas fresquito, la prenda en cuestión le quedaba muy justa a mi madre apretando sus hermosas tetas y marcando sus pezones oscuros. También dejaba al aire sus muslos morenos. Fue un autentico suplicio, pero allí tumbado en la cama a su lado, en cuanto se durmió me la jale una tremenda chaqueta en silencio y los chorretones de leche me llegaron hasta el pecho
    
    Al otro día me desperté y mi madre ya no estaba se había ido con mi abuelo a comprar cosas al mercado al rato regreso mi mama pero sola mi abuelo estaba en el establo mi madre le dijo a la abuela que mi abuelo la llamaba se fue a la cocina y de ahí me grito
    
    L me ayudas
    
    Cuando entre la vi arriba de una escalera tratando de acomodar las cosas que había traído mire hacia arriba, un enorme culazo que flotaba por encima de mi cabeza ¡Unas pequeñas braguitas blancas, casi transparentes, apenas lo cubrían, metiéndose desvergonzadas entre los dos cachetes semiesféricos! No sé cuánto tiempo pasó, quizá una ...
    ... eternidad, hasta que mis ojos lograron despegarse de su culo marmóreo y descendieron a sus muslos y fue entonces cuando caí en la cuenta que era el culo de mi madre el que estaba observando maravillado
    
    L - ¡Ah, ahí estas! ¡Vamos ayúdame dándome lo que hay en las bolsas que he traído del mercado!
    
    Obedecí agachándome para tomar un par de cajas que había en las bolsas situadas a los pies de la escalera donde estaba subida mi madre, aunque eso sí, sin apartar sus ojos del culo de ella.
    
    L ¡Gracias, no sabes, lo mucho que me has ayudado!
    
    Me faltó poco para responderla, a la vista de la descomunal erección que tenía
    
    J ¡Gracias, mamá, por inspirar mis próximas chaquetas!
    
    Y comenzó a bajarse de la escalera, despacio
    
    L ¡por haberme ayudado te merece un buen premio! Exclamó alegre y sonriente.
    
    J ¿Qué te coja por el culo, mientras te doy unos buenos azotes? Pensé yo.
    
    L ¡Una buena cena te voy a preparar!
    
    j -¡Una buena enculada es lo que te voy a hacer! ¡Comerme tu culo rebosante de mantequilla es lo que yo llamaría una buena cena! Fue lo que pensé
    
    L Pero antes, me voy a dar un baño, que vengo empapadita de sudor.
    
    J Empapadito estoy también, pero no precisamente de sudor. Continué con mis pensamientos.
    
    Se tambaleó y a punto estuvo de caerse, así que aprovechó la ocasión, abrazándola y sujetándola con las dos manos sobre sus nalgas por encima de la falda.
    
    L Gracias, si no es por ti me voy al suelo. Y, sonriendo, me dio un ligero beso en la boca.
    
    Como ...
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