1. Una decepcionante despedida


    Fecha: 06/07/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... supe el por què. Se había vuelto a vestir.
    
    Se quedó en la puerta mirándome como queriendo decir algo pero sin decir nada.
    
    —No te vistas, todavía falta —le dije sonriente.
    
    Me levanté, me quité la toalla y la tiré al suelo y de inmediato me quité la pantaleta que también tiré al suelo junto a la toalla, quedando totalmente desnuda ante Luis Javier. Le volví a sonreír.
    
    Me subí a la cama con mucha delicadeza, sensualmente, invitándolo a unirse a mi. Me puse en posición de perrita dándole la espalda y le dije:
    
    —Ven, métemela, Luis Javier.
    
    Sonreí dentro de mi, pues, yo era la que estaba haciendo todo, Luis era extremadamente timido.
    
    Sin poder ver lo que hacía ya que estaba de espalda hacia èl pude oír que se acercó a la cama. Volteé a ver y se había quitado el pantalón y el bóxer y lo había tirado al suelo. Me encantó saber que Luis Javier quería seguir el juego a pesar de no decir nada. Yo quería decir tantas cosas y que él también me las dijera para darle más emoción al momento pero él continuaba callado.
    
    Sentí que me tomó de la cintura y me jaló un poco hacia él, que estaba junto a la cama pero no se subió, se quedó de pie. Al fin tomó la iniciativa y me dio dos nalgadas muy suaves en cada nalga y sentí su glandé rozar la entrada de mi vagina.
    
    —Por ahí no —le dije con voz de madre regañona.
    
    —¿Por detrás? —preguntó tímidamente
    
    Demasiado educado para mi gusto. Yo esperaba una frase más sucia, más morbosa pero eso fue lo que dijo: por ...
    ... detrás.
    
    —Si, por mi culito. El lubricante está ahí en la mesita —le indiqué.
    
    Luego de tomar el lubricante y untármelo en la entrada de mi culito se dispuso a intentar meter su pene. Se tardó un buen tiempo no sé si por inexperiencia o timidez o porque tenía miedo de hacerme daño, confieso que me decepcioné.
    
    Despuès de fracasados intentos al fin pude sentir que su glandé entró en mi agujerito y él empujó para asegurarse de que no volviera a salirse. Yo me quejé de placer y el preguntó si me dolió. Le dije que dejara la preguntadera y me cogiera, que a mi me encantaba el sexo anal.
    
    —Dame duro y deja de preguntar —le dije con voz que pareciera molesta aunque no lo estaba. Solo me incomodaba tanta timidez de su parte.
    
    Los siguientes minutos fueron emocionantes, se dio cuenta aunque tarde de que yo quería que me partiera el culo y que lo iba a disfrutar. No podía creer lo increíblemente timido que se había comportado hasta ahora, no podía creer que todavía estuviera ahí con él, deseando su pene dentro de mi pero decepcionada de tener que hacerlo todo, de indicarle las cosas como si fuera un niño.
    
    Me tomó de mi cintura y comenzó a cogerme esta vez sin pena ni miedo ni timidez alguna. Tal vez porque me tenía de espaldas y no tenía que conseguirse con mi mirada intimidante.
    
    Créanme, disfruté de su trozo de carne yendo y viniendo una y otra vez. No hubo más indicaciones, no hizo falta, se concentró en cogerme como una perra y con el pasar de los minutos lo fue haciendo mejor, ...