1. Solitos en la casa


    Fecha: 05/07/2020, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... sube y baja para pajearse en la unión de sus nalgas pecosas. Estaba molesto porque, aquel pete concluyó violento en su boca, y ella le pidió que la bese. Pero cuando se dispuso a hacerlo, ella le escupió todo el semen que no llegó a tragarse en la boca, y le dio un beso de lengua que le rompió los esquemas. Tuvo toda la intención de hacerlela cola para vengarse. Pero fue prudente.
    
    Se bajó, la acomodó cara al techo, se puso de cuclillas entre sus piernas, las que se cargó en los hombros y se dedicó a saborear su vagina depilada.
    
    ¡sí, tenés olor a pichí Romina, porque sos una miedosa… te gusta la pija, pero te morís de miedo nena, meame la boca guacha!, decía Lisandro con su lengua y lengua internados en el interior de su conchita, donde su saliva y los flujos de la chica formaban una oleada de placeres que la hacían gemir sin importarle que pudiera escucharse afuera.
    
    ¡chupala nenito, y si querés que te haga pis haceme acabar, dale diablo, cogeme con esa lengua!, pedía Romina.
    
    Afuera el temporal parecía querer tomar otros rumbos. Pero en la cama, ahora Lisandro le penetraba la conchita a su hermana, ella sentada sobre él, que se iluminaba más aún, presumiendo por tener la cara llena de los flujos prohibidos de esa concha que nunca había estado ni en sus fantasías.
    
    ¡asíiii hermaniiiiitoooo, cogeeeeemeee, dame veeergaaa, quiero ser una flooor de puuutaaa, dame lecheee, mucha leecheee!, gritaba casi disfónica la chica, saltando sobre ese pubis irrompible, con ...
    ... alevosía y un sudor frío en la piel.
    
    Lisandro después la levantó y se la cogió contra la misteriosa pared.
    
    ¡vés que no hay nada pendejita? Lo único que hay es mi pija adentro de tu concha! Sentila nenita, gozá trolita, que te voy a acabar todooo!, le decía mientras la inmovilizaba con su cuerpo, con sus penetradas a gran velocidad y con sus labios apresándole los pezones.
    
    ¡cuando te salga lechita de estas tetas yo quiero ser tu bebé guacha… tomáaaaa!, fue lo último que dijo antes de desatarle un mar de semen en lo profundo de su vagina, y ella no podía gritar siquiera porque le estaba chupando los dedos con los que le rozaba el culo.
    
    Volvieron a la cama como suspendidos en el tiempo, inertes, agitados, sombríos, con caras de espanto y con los ojos conmovidos. Se taparon hasta la cabeza, desnudos, ella con gotitas de semen cayendo de su vagina a la sábana, y él invadido por el aroma de su hermana en el cuerpo. Se abrazaron y, solo pudieron decir casi al unísono: ¡qué hicimos!
    
    Al rato dormían como angelitos, y no pasó más de una hora hasta que sus padres llegaron a la casa, y los encontraron. La mujer abrió la cama, y el hombre quedó perplejo, parado a unos pasos de la misteriosa pared.
    
    ¡tuvieron sexo! Están desnudos! Y abrazados! Y transpirados! Alguno de los dos se hizo pichí! Hay manchas en el piso!
    
    Se oía en la madrugada la reconstrucción de los hechos en las voces asombradas de los padres. Hasta que la mujer resolvió concluir:
    
    ¡acá estuvo el diablo, hay ...