1. Solitos en la casa


    Fecha: 05/07/2020, Categorías: Infidelidad Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... la cama dijo:
    
    ¡Romi, abajo hay una vela prendida, y una canilla abierta!
    
    La chica dio un salto para sentarse en la cama, y mientras le explicaba que oyó pasos en el suelo de madera que hay en los pasillos durante su ausencia, le tocaba la cara y el pecho.
    
    ¡pero, estás bien? No te pasó nada Lichi?, vení, quedate conmigo!, lo consolaba inocente, y él, ya en slip se metía urgente adentro de la cama con ella.
    
    Se taparon hasta la cabeza, y se abrazaron, ella sumergida en un miedo atronador, y él cada vez más alzado por el roce de sus cuerpos.
    
    ¡che, por qué te metiste en calzones nene?!, dijo ella sintiendo que su pene se frotaba contra sus piernas.
    
    ¡hey Romi, vos estás desnuda, y todo bien… pero, no sé, quiero que se te vaya el miedito, y te rías como siempre!, se le ocurrió decir.
    
    ¡sos un dulce, pero somos hermanos, y no podemos estar así, creo… bueno, no sé, mmm, no puedo pensar… pero, tengo olor a pichí? Decime la posta!, quiso saber la chica, abriendo un poco la sábana para renovar el aire.
    
    ¡eso es lo que menos importa ahora mi chiquita hermosa!, dijo Lisandro con otro color de voz, ya subiéndose sobre ella tras acomodarla boca arriba para besarla en la boca, comerle el cuello, lamerle los pezones y juntarlos en sus labios para volverla loca, aunque ella intentara resistirse.
    
    Su primer gemido lo excitó tanto que, luego de la ceremonia de besos y lamiditas, se puso al lado de su rostro y le dijo:
    
    ¡tocame el pito Romi, fijate lo mojado que está mi ...
    ... slip… pero yo no me hice pis como vos… eso es porque me calentaste mucho, no sé qué me pasó, pero dale, tocame y chúpalo si querés!
    
    Ella cambió su habitual mirada tierna por una de pura lujuria, como si estuviese poseída. Le arrancó el calzoncillo haciéndolo inútil para siempre, olió su pija luego de frotarla en su cara y se la metió en la boca. La voz de Romi tampoco sonaba tan melodiosa entre chupadas, lamidas, atracones y eructos perversos.
    
    ¡ahora me vas a tener miedo nenita, porque soy el diablo, y te voy a coger toda!
    
    ¡dame leche pendejo, sos un alzado de mierda, y me la voy a tragar toda, violame la boquita perro, que si vos sos un diablo, quiero que te metas adentro mío!
    
    ¡así, chupala toda cerda, que te voy a traer a mis amigos para que te violen, te embaracen y para que mami te eche de la casa por putita!
    
    Se oían sus voces entrelazadas, riendo, alterando a la gravedad y suprimiendo al pánico por una excitación que los conducía sólo a querer más.
    
    Ella le mordía la pija sabiendo que le dolía, le pegaba en los huevos, y también ella se pegaba y pellizcaba las tetas. Escupía para todos lados, le arañaba las piernas y se sacudía en la cama como si alguien estuviese en su sexo. Pero eran sus propias piernas que se abrían y cerraban con fuerza, su culito que hacía eco cuando le pedía a su hermano que se lo castigue con sus manos, y sus arcadas cuando se mandaba esa verga hasta la garganta.
    
    Pronto, ella se recostó boca abajo, y él se le trepó como a un ...