1. Mi sobrina


    Fecha: 24/06/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... pantalones bajos y a ella sacándose la ropa mientras su cabeza estaba sobre la ingle de él. Por los movimientos que ella hacía era evidente que se la estaba chupando, y los gemidos de él indicaban que ella sabía bien como se debía hacer. Me quedé petrificada ante esa imagen, ya que si bien había visto dos o tres películas porno, nunca había visto a dos personas hacer el amor "en vivo" y a mi lado.
    
    Lina chupaba y chupaba el miembro de Pedro y en determinado momento se movió y pude ver lo que tenía en la boca. Realmente era muy grande, por lo menos cinco o siete centímetros más largo que el de mi marido y mucho más grueso. Yo veía ese gran miembro desaparecer prácticamente todo en la boca de Lina y volver a aparecer, para que ella lo soltase y le pasase la lengua con un placer para ambos que era difícil de describir.
    
    Después de cuatro o cinco minutos de estar chupando, él le tomó la cabeza y la guió hacia arriba diciéndole "esta vez no voy a acabar en tu boca, ya es tiempo de hacer otra cosa". Ella un poco temerosa dijo: "Mejor otro día, tengo miedo", pero él se mostró inflexible: "no, lo vamos a hacer ahora" y la fue empujando suavemente sobre la cama terminándole de sacar el sujetador y la braguita, dejando ver el pubis poblado de vellos negros, rizados, hacia donde se dirigió y la empezó a chupar a ella.
    
    Empezó por sus labios vaginales, recorriéndolos de arriba a bajo con su lengua, siguiendo con su clítoris el cual tomó en sus labios y lo halaba hacía si ...
    ... produciéndole a Lina un placer inmenso, su cabeza giraba de un lado a otro y su gemidos eran cada vez más fuertes; de verdad que estaba gozando y yo también.
    
    Después de un rato se detuvo al tiempo que decía "esta vez no vas a acabar en mi boca, vas a acabar con mi verga adentro". Al oír esto sentí un calor que me subía desde la entrepierna y me excité tremendamente, con una leve culpabilidad de excitarme mientras espiaba a mi sobrina y su novio, especialmente en el momento en que ella iba a ser desvirgada. Nunca pensé que ver desvirgar a una mujer me fuera a producir tanto placer, y ver esa verga enorme y gruesa, enhiesta como un asta, apuntar hacía esa frágil vagina produjo un escalofrío en todo mi cuerpo e instintivamente mi mano fue a dar a mi sexo.
    
    Ella gemía de excitación mientras él le iba apoyando su miembro erecto en su entrepierna, mientras ella se abría para recibirlo, aunque pedía "por favor, despacio, tengo miedo, despacio", a lo que él respondía "no te preocupes, relájate, sólo te va a doler un poquito al entrar y después la vas a gozar como loca".
    
    Pedro tomó su sexo con una mano y con la otra fue abriendo los labios virginales, introduciendo muy despacio su enorme glande; una vez los labios arroparon la cabeza del pene y éste llegó al himen ella lanzó un corto grito pero él siguió de largo rompiéndolo por completo, ella jadeó algunos segundos como si se estuviera ahogando, y de inmediato comenzó a gemir, pero no de dolor, sino de placer, mientras él empezó unos ...
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