1. La señora Ysabela y yo (3)


    Fecha: 18/06/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... nalgas. Seguimos un rato jugando, hasta que ella volteó frotando su colita contra mi verga que reaccionaba ante tamaña tentación.
    
    - Ya se está despertando otra vez.- susurró divertida.
    
    - Claro, con semejante provocación cualquiera.- respondí tomándola por la cintura.
    
    Ella se inclinó, mi verga se frotaba entre sus piernas y su vulva. Tomó con su mano mi capullo y lo dirigió a la entrada de su vagina, que ya tan bien empezaba a conocer.
    
    - Ya tú sabes que hacer mi pequeño.- susurró con su voz de madura arrecha.
    
    De una fuerte embestida logré enterrar más de la mitad de mi verga, y ella soltó un agudo grito lastimero. Mientras la sujetaba de las caderas iba entrando y saliendo de la señora Ysa. Tan sólo recordar que estaba cogiéndome a mi vecina, una mujer casada, con 2 hijos pequeños que conocía, lograba que mi sangre hirviera hasta descontrolarme.
    
    - Ayyyyy, papito lindo, ¡¡¡qué pedazo de verga te manejas!!!
    
    - Ysaaaaa, ¡¡¡qué vagina tan deliciosa tienes!!!
    
    - No te olvides de mis tetas, mi niño.- gimió húmeda y desquiciada.
    
    Mis manos se posaron sobre sus jugosos melones y ella era quien se movía permitiendo la copulación. El agua corría sobre nuestros cuerpos enceguecidos de placer. Mis huevos producían un sonoro chasquido al chocar contra su vagina caliente que recibía gustosa su pedazo de verga.
    
    - Uhmmm, mi pequeño, ¡¡¡eres eterno!!!
    
    Y razón no le faltaba a la señora Ysa pues sintiendo la dulce opresión de su vagina no deseaba salir de ahí.
    
    - Ahhh, ¡¡¡ya no aguanto más!!!- grité mientras mis testículos soltaban su carga láctea.
    
    - ¡¡¡Yo también mi niño!!!- gritó soltando su orgasmo.
    
    Yo la tenía abrazada disfrutando de las últimas descargas del coito. Y así, acababa un nuevo día, aprovechado al máximo pues nos veríamos hasta el lunes, como los dos amantes candentes e insaciables que ya éramos.
«123»