1. Milagros, la gordita


    Fecha: 02/06/2020, Categorías: Sexo Oral Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos

    ... adivinar en su torso depilado lo musculoso que está.
    
    No puede aguantar el calentón que lleva con el vino y la visión de su torso y Milagros se lanza sobre él.
    
    Se besan con pasión, sobre todo por parte de ella. Se nota que hace siglos que no ha tenido sexo.
    
    Tumbados en el sofá se magrean mutuamente.
    
    —Desnúdate ya. Le dice Roberto.
    
    Milagros se intenta quitar el pantalón, pero sus muslos gordos no la dejan. Roberto la coge en brazos y la lleva a su habitación. Allí se lo quita como si nada. Ella lo mira desde abajo y le pregunta si no le importa que esté gorda.
    
    Le dice que a él no le gustan las mujeres tan delgadas como se ven hoy en día y que le encanta su cuerpo.
    
    Se levantan los dos ya desnudos. Milagros se fija en que Roberto tiene en su habitación un espejo idéntico al suyo, solo que llega hasta el suelo porque no tiene ninguna mesilla.
    
    En el reflejo ve que no se ha depilado el coño. A Roberto parece no importarle, porque se ha agachado detrás de ella y a empezado a jugar con sus labios con un dedo. Los acaricia, los abre y los soba. Milagros está húmeda enseguida.
    
    Cuando cree que ya no puede más, Roberto pasa a acariciar los labios con su lengua y luego su clítoris.
    
    Milagros se corre como una loca. Cuando Roberto se levanta, puede ver su tranca reflejada en el espejo. Es bastante grande.
    
    Roberto se va y vuelve con un condón estriado que le enseña en el espejo.
    
    —Me dan muestras de sobra. Vamos a ver qué tal.
    
    La penetra despacio, ...
    ... muy lento para Milagros, que está mojada como una camiseta en un concurso de camisetas mojadas. Ella quiere que se la folle con fuerza, pero parece que Roberto no tiene prisa, porque saborea su coño con su polla y su condón de estrías yendo de dentro a fuera despacio, sin prisas, como si no hubiera un mañana.
    
    Disfruta como una loca con el condón de marras. Ese estriado que lleva la está volviendo loca. Cree que volverá a correrse de nuevo enseguida.
    
    Ahora Roberto acelera el ritmo, bombea fuerte, muy fuerte, oye como su pelvis choca con su culo. Roberto le mira el culo, no le importa que sea grande y que tenga celulitis.
    
    Siguen un rato más, follando fuerte, hasta que Milagros tiene un segundo orgasmo. Se agarra a los lados del espejo, no puede más, nunca ha disfrutado así en su vida y cree que va a caerse al suelo.
    
    —Ah, ah, ah, ah, que gusto, que gusto, que gustooo...
    
    No sabe que le ha dado a Roberto, pero está aguantado mucho.
    
    Al final, después de una media hora, llega su turno.
    
    —Voy a correrme, le dice, voy a correrme, voy a correrme...
    
    Nota cómo saca su polla de dentro y oye cómo se quita el condón y nota su leche caliente derramándose sobre la raja de su culo, escurriendo hasta que cae al suelo.
    
    Cuando recuperan la respiración, Milagros se da la vuelta y se sienta de culo en el suelo.
    
    —Por cierto, la próxima vez me gustaría hacerlo contigo con unas botas puestas. ¿Sabes? Me encantan las mujeres con botas. Debo ser un fetichista de las botas, ...
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