1. UNA LINDA HISTORIA 7


    Fecha: 24/05/2020, Categorías: Incesto Autor: memito, Fuente: SexoSinTabues

    ... pasadas. Ha pasado la hora de merendar, pero tengo hambre. Decido preparar una cena merienda. Abro la nevera y empiezo a sacar ideas. Las chicas se sientan en el sofá, con las manos unidas, viendo un programa de cotilleo en la tele. De vez en cuando, remueven sus culitos o llevan una mano a sus nalgas. No sé lo que deben sentir, pero me excita pensarlo. Preparo unos cogollos y unas tiras de rábano picante. Frío unos ajitos y unas almendras para mezclar con un caldo de carne, que, tras calentar, vierto sobre los cogollos. Las chicas giran hacia mí sus ojos al llegarles los divinos aromas. Se levantan del sofá y se acercan. Maby me pregunta donde he aprendido a cocinar. Me encojo de hombros. ― No tengo amigos. Madre me ha enseñado muchas cosas, sobre todo recetas caseras. Me gusta experimentar. Me he pasado muchas horas de recreo mirando por Internet, nuevas recetas. Pongo a las chicas a cortar taquitos de salmón y palometa, para colocarlos en lonchas de jamón dulce, que después enrollan y encolan con un poco de mermelada de arándanos. Una verdadera y simple delicatessen. Mientras, pelo un gran boniato y lo corto en tiras, como patatas para freír. Las echo en la misma sartén dónde antes he hecho los ajos y las almendras y a la que he añadido un poco más de aceite. Frío el boniato con el aceite no muy caliente, para que se haga bien por dentro, y, finalmente, saco las tiras sobre un papel secante de cocina, para que escurran. ― Nunca he probado eso – dice Maby. ― Pues ya es ...
    ... hora. Venga, poned la mesa, que vamos a cenar ya. No ponen reparos. Cenamos mientras vemos uno de esos concursos tan de moda. La mezcla de sabores enamora a Maby. Pam, quien ya ha probado esas exquisiteces, le habla sobre la repostería de Madre. Me ofrezco a recoger y fregar. Ellas protestan, pero las convenzo de seguir viendo la tele. Antes de meter mis manos en el agua, saco los controles, los gradúo a la velocidad más lenta, y los activo, mirando a las chicas. Dan un respingo y me miran. Yo sonrío y me pongo a fregar los platos. Cuando acabo, voy a sentarme, como siempre, entre ellas. Tienen las mejillas enrojecidas y los ojos les chispean. Apoyan sus cabecitas en mis hombros. Pam susurra: “Guarro”. Tras una hora de ver sandeces en la tele y de mirar a mis chicas de reojo, decido aumentar el ritmo de los vibradores. Saco los controles ante sus ojos y las miro ante de seleccionar una nueva velocidad. Pam suspira y cierra los ojos, como agradecida. Maby no dice ni hace nada, pero, a los pocos minutos, comienza a rebullir sobre el sofá. Parece tener una guindilla en el culo. No se está quieta. Mueve las caderas, cambia las piernas de posición, aferra mi brazo, frota su mejilla en mi hombro. Pam está mucho más tranquila. Solo se estremece de vez en cuando e hinca las uñas en mi brazo. Su respiración es profunda, casi ronca. ― ¿Un poco más rápido, niñas? – pregunto. ― Si… si, por favor – musita Maby, con una voz que apenas le sale del cuerpo. Pam no dice nada, solo cierra los ojos ...
«1234...18»