1. Sin contrato


    Fecha: 18/05/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hard Ellioth, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus tetas y mordía su labio, impaciente, hambrienta de tener alguna parte mía en su interior.
    
    Dejé salir mi aliento húmedo y caliente en su coño y gimió suavemente. Y sin avisarle, planté mis labios contra sus esponjosos y mojados labios de su vulva, como si de un beso exquisito se tratara. Gimió nuevamente llena de gusto, y mi lengua caliente y puntiaguda se introdujo para saborear lo que estuviera a su alcance. Yo le daba un beso francés a su pequeño coño y ella se retorcía de placer, sujetando con sus manos mis cabellos, empujando mi cabeza hacia su interior, sus piernas se entrelazaron a mi cabeza y gemía, perdida en el éxtasis.
    
    Su sabor de miel me lo bebía, era sin igual, caliente y viscoso, me embelesaba, y pensando en su virginidad, traté de lubricar con mi saliva cada rincón posible de su tracto vaginal, para que de alguna manera cooperara con su "lubricante natural". Llevé uno de mis dedos a mi boca y lo lamí, mojándolo todo y lo introduje poco a poco en su coño, lo cual hizo que Sonia reparara de placer, - Aaahn... así, ¡así! - Gritaba. Acaricié lo que las películas porno me han enseñado es el punto G femenino, metiendo y sacando mi dedo de manera rítmica, de ahí un segundo dedo empapado en mi saliva, y traté de expandir lo más que pude ese estrecho canal llegando hasta donde la longitud de mis dedos me permitiera.
    
    Temblaba, sudaba y se aferraba a mi cabeza o a las sábanas, gemía e imploraba más, mucho más. Y de pronto su vagina se contrajo una y otra ...
    ... vez, apretando mis dedos, succionándolos, sus piernas se tensaron y vibraron. Yo por mi parte seguí lamiendo su panocha, recibiendo esos líquidos provenientes de su interior...
    
    - Creo que te has venido - Le dije
    
    Estaba lista para recibir lo mejor de mí, para tenerme dentro.
    
    Antes de ponerme el condón, por mero morbo, llevé la cabeza de mi verga hasta la entrada de su coño, mojándola con los fluidos de Sonia, jugueteando con su clítoris para endurecerlo y estimularla aún más, hacia adelante y hacia atrás, mi verga frotaba su clítoris y amagaba a la penetración. Finalmente envolví mi arma en el condón y comencé a penetrarla poco a poco, y enloquecí al escuchar sus exquisitos gemidos femeninos de placer, y al parecer ella también se extasiaba al escuchar mis gruñidos.
    
    Empujé, suave y firme, como un cuchillo en mantequilla caliente, mi dura verga se clavaba en su virginal coño y sentía como si fuera a derretirse. Hasta el fondo, necesitaba que ella se adaptara por completo a mí, que se expandieran sus paredes interiores, que su cuerpo me aceptara como el hombre que la desvirgaría. Y así lo hizo de inmediato, sus fluidos y mi saliva depositada ayudaron a mi miembro a entrar sin problemas. Sonia ahora me sentía muy en su interior, tocando fondo, haciéndola experimentar el placer de tener mi verga en lugares que ni ella se imaginaba que tenía, pues mis dedos, y mucho menos los de ella cuando se masturbaba, habían llegado tan adentro.
    
    Gritó, bramó, gimió como una loca, y ...