1. Sin contrato


    Fecha: 18/05/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Hard Ellioth, Fuente: CuentoRelatos

    Hola, muy buenas. Mi nombre es Ellioth, soy un chavo de 23 años, y el relato que les contaré sucedió hace 3 años.
    
    Soy un chavo al que le encanta entrenar y moldear su cuerpo, pues vivo de eso, he sido modelo de ropa para algunas compañías de mi ciudad, e incluso e incursionado en el mundo del baile para mujeres, pero en ninguna de esas circunstancias, curiosamente, he terminado relacionándome con las damas más allá de mi trabajo, todo muy profesional, y la vedad soy muy serio cuando se trata de mi trabajo, a pesar de que constantemente, diario, comparto con mujeres muy atractivas.
    
    Para no hacer el cuento largo, un día, mientras me encontraba en el gimnasio, conocí a ésta chica, Sonia, una chava que si bien no tenía un cuerpo muy "curveado" por así decirlo, despertó en mi curiosidad y hasta morbo. Siempre lucía ropa escotada y que le quedaba muy bien, y su ropa para entrenar se moldeaba muy bien a su cuerpo.
    
    Ella siempre se me acercaba, me sacaba charla, y me preguntaba por ciertos tipos de entrenamiento y ejercicios, tips, ya saben, aunque entre todo eso siempre dejaba entrever hilos de coqueteo discreto, con su sonrisa pícara y sus ojos negros que siempre denotaban seguridad. Su cabello era negro y lacio, su tez morena y fina, de 1.65 m de estatura quizá.
    
    Cada que podía, me tocaba y acariciaba sin mi consentimiento incluso, cada que me miraba sonreía, y aunque yo siempre trataba de hacer lo que me tocaba hacer sin distracciones, ella terminaba convenciéndome ...
    ... para quedarme un rato más para "ayudarla" o cuidarla cuando usaba las máquinas. Cosa que para mi era tedioso algunas veces, pero que de alguna manera, provocaba que mi ego masculino ascendiera, así que de vez en cuando, la ayudaba con su rutina cuando yo ya no tenía nada que hacer.
    
    Lo interesante inicia cuando comenzamos a enviarnos mensajes por una conocida aplicación de mensajería instantánea del móvil, para lo cual ya habíamos intercambiado números y hasta dirección de redes sociales. Ella por su parte me enviaba mensajes y fotos subidas de tono, o incluso propuestas de enviarle fotos mías en poca ropa...
    
    No le tomaba mucha importancia porque sabía que no era más que el simple coqueteo de siempre, pero poco a poco, tomando confianza, comenzó a decirme lo mucho que le gustaba, y que esperaba lograr algo conmigo. Yo por mi parte lo seguí tomando a juego por un tiempo, además, hasta la fecha, tengo una relación estable, pero en esos momentos, no estaba seguro si mi relación con mi chica actual duraría demasiado, sin embargo, siempre fui claro con Sonia al aclararle que salía con alguien más, y que no estaba acostumbrado a las infidelidades, ni por morbo siquiera.
    
    Claro que esto no desanimó a la joven doncella, pues cada que la veía en el gimnasio seguíamos frecuentándonos y enviándonos mensajes con el consiguiente coqueteo juguetón de su parte. Hasta que un día simplemente me invitó a salir, algo casual, un helado, un paseo por el centro, nada fuera de lo normal. Y por ...
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