1. Hotel (rutina diaria)


    Fecha: 28/04/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... necesidades debía, antes de nada, irme a una parte llena de arena hacer un agujero, realizarlas y por último cubrirlas. A continuación de enseñarme en dónde debía comer y en dónde dejar y ocultar mis excrementos. Seguidamente fui sola a "la sala de juegos" iba como la perra que era, cuando llegué a mi destino me tumbé sobre una mesa. Entonces ajusté sobre mi cuello un grillete metálico y sobre mis muñecas y tobillos otros similares. Lo primero que hice fue el fijar mis tobillos sobre la parte inferior de la mesa, a continuación aseguré mi cuello sobre la mesa propiamente dicha, y por último fijé una de mis manos sobre la parte superior de la mesa. Al cabo de un rato llegó Madame y fijó la mano que tenía libre sobre la otra, me introdujo una gruesa bola que amarró por detrás de mi cabeza, que me obligó a mantener la boca abierta. No tardó en iniciar mi tortura, empecé a sentir cómo mis brazos se desplazaban hacia arriba separándose de mi cabeza mientras que mis pies, lentamente el dolor, primero leve para a continuación ir incrementándose, fue adueñándose de mi ser. La bola me impedía gritar y pedir clemencia, pero me facilitaba poder gemir, conforme el dolor iba siendo más intenso mi coño rezumaba más flujo y la idea de verme siendo azotada y follada de forma violenta. No sé cuánto tiempo estuve pero fui notando como mi flujo caía por mis muslos hasta llegar a la mesa, suponía que cuando Madame llegase y viera que me estaba corriendo. Al cabo de un largo rato vino Madame con ...
    ... una hermosa y sádica sonrisa.
    
    Madame: "Veo que estás disfrutando el castigo, perra, ahora toca incrementar el dolor de tus tetas."
    
    Dicho y hecho tocó algo, supongo que un botón y colocó la mesa en posición vertical, intenté mirar hacia el suelo pero me encontraba bien sujeta a la mesa y la vi en todo su esplendor y poderío. Se veía poderosa, a su derecha tenía un pequeño tarro rodeado de cadenas, y cogiendo una de ellas se acercó hasta mí, abriendo su sensual boca para atrapar uno de mis pezones. En unos instantes tenía mis pezones duros y enhiestos, y me mostró lo que las cadenas ocultaban "UN IMPERDIBLE". Lo abrió y lo acercó hasta mi pezón derecho y poco a poco lo fue perforando fui sintiendo cómo iba avanzando y mi sangre manaba, con la otra mano bañaba mi teta en alcohol de 96o provocando un fuerte dolor en la herida, hasta que terminó de atravesar el pezón, de mi boca sólo se oían débiles quejas por la quemazón, seguidamente, del mismo tarro, sacó un pequeño aro abierto que empezó a empujar a la aguja del imperdible para sacarlo de mi teta derecha, mis ojos empezaron a lagrimear de forma más continua, estaba llorando.
    
    Había pasado una semana desde que fui anillada, las heridas ya estaban prácticamente saneadas y las anillas fueron soldadas para impedir que me las quitase. Durante esa semana ya estaba habituada a ser usada como un wáter humano, y ser azotada con la suficiente crueldad, aunque si fuesen más duras tampoco me habría quejado. Mi entrepierna también ...