1. Sexo callejero es lo que fue


    Fecha: 29/03/2020, Categorías: Incesto Autor: Webmonster6910, Fuente: CuentoRelatos

    De todas las cosas que hemos hecho Ana y yo creo que la de esa noche será difícil de encuadrar en algún tipo de relato.
    
    Salimos de juerga a un antro rockero. Era una locura porque Ana se puso un vestido corto muy suelto y era realmente un vestido muy elegante de noche, rojo, sin hombros. Ajustaba como corsett a la altura de los pechos pero de ahí para abajo quedaba tan amplio que parecía de maternidad lo cual era divertido y el color rojo contrastaba genial con el tono oliva de sus gruesas piernas. Traía unos zapatos bajitos pero también divertidos porque eran réplicas de aquellas zapatillas negras de corazoncito de Betty Boop, el personaje de caricaturas. Se ponía ese vestido a propósito porque yo le decía que no sabía uno que hacerle, si meterle la mano por enfrente para masturbarla o darle la vuelta para penetrarla desde atrás. El hecho de que se lo pusiera era su manera de iniciar el escarceo y auguraba emboscada.
    
    El antro era de esos pequeños, sórdidos donde todos visten estilo rockero así que atrajo miradas inmediatamente. Eso nos divierte siempre.
    
    El antro es un local de fachada angosta pero que mide hacia adentro unos 30 metros. Al entrar a la derecha están los baños. Al fondo está el escenario. Hay mesas pero en las paredes laterales hay modo de sentarse con la pared como respaldo. Fue en esas bancas donde nos sentamos, justo atrás de la primera mesa frente al escenario.
    
    Era temprano pero en la mayoría de las mesas la gente ya se veía medio ...
    ... avanzada en el camino de la borrachera. La mesa junto a nosotros había dos parejas y dos jóvenes solos.
    
    Esperamos un rato y como el mesero no venía me fui a la barra por un par de cervezas. Para cuando regresé uno de los hombres solos de la mesa adjunta estaba hablando con Ana sin moverse de su silla. Cuando me senté me saludó el tipo, dijo algo que no entendí y regresó a la conversación de su mesa.
    
    -Preguntaba que si eras mi novio -me explicó Ana.
    
    -No disimuló nadita -dije riendo.
    
    -Se me hace que más que borracho está bien arriba. No tiene aliento alcohólico, pero habla muy pausado.
    
    Estuvimos un rato solos, ya íbamos por la cuarta cerveza cada uno, el umbral de control de Ana, debo mencionarlo son esas 4 cervezas y al poco llegó un grupo de chicas a la otra mesa. Ana comenzó a conversar con ellas mientras yo veía al grupo de la noche.
    
    El par de chavos solos de la mesa de las dos parejas se había levantado y ya no habían regresado en un rato. Ana se levantó al baño y tardó un poco pero casi no caí en cuenta porque estaba muy concentrado en el grupo y en esos lugares suele haber fila para el baño.
    
    Cuando Ana regresó llamó mi atención que se me sentó más pegadita a mí y me tomó la mano que tenía libre de la cerveza que ya era la quinta.
    
    Apenas un par de minutos después apareció unos de los chavos que se habían ido. Precisamente el que había abordado a Ana. Antes de sentarse la miró a los ojos de un modo inconfundible. Yo miré a Ana que inmediatamente me ...
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