1. Priscila, esperando por ti


    Fecha: 27/03/2020, Categorías: Hetero Autor: Mamaceando, Fuente: CuentoRelatos

    ... ropa luego le puso su mano en la boca para que chupara sus propios fluidos, ella paso su lengua por cada dedo y quiso agarrarle la verga. Pero el sonriente la detuvo.
    
    —Ahora ve y dale un beso a tus padres. Ya después seguimos.
    
    —Pero…
    
    —¡Llévale sus cigarros a tu papá!
    
    —...
    
    Aunque en sus piernas seguían escurriendo sus fluidos, iba un poco enojada. Cualquiera de sus amigos la hubiera penetrado sin pensarlo. ¿Que se creía ese viejo? Aun así cuando entró a su casa, por puro morbo beso a su mamá en la mejilla y a su papá en la frente. Luego se fue riendo a su habitación.
    
    —Toma pa’ tus cigarros!
    
    —¿Pero no te di dinero?
    
    —Que mañana le mandes al James.
    
    —Don James, respeta niña —le dijo su mamá desde la cocina.
    
    Aunque regresaba cada día, volvió a pasar una semana para que el tendero le prestara atención. A pesar de que ella sacaba los atuendos más pegados de su guardarropa.
    
    —Hola Priscila, que vas a hacer mañana.
    
    —¡Vaya!—le dijo casi en forma de reclamo.
    
    —¿Tienes planes de sábado en la noche?
    
    —¿Me va a llevar a bailar?
    
    —No, pero si te portas bien algo te daré.
    
    —Voy a salir con mi novio.
    
    —Bueno, si se cancela lo de tu novio, cierro a las diez. Llega un poco antes, y por favor ponte falda. Me gusta cómo se te mueve el culo al andar.
    
    Tenía fiestas, el cumpleaños de su amiga. Una boda a la que fueron sus papás y una ida al antro con ex novio. Pero ella, puso pretextos. A sus padres y a su ex novio le dijo que iría con su amiga, y a ...
    ... su amiga que pasaría la noche con su ex, se reconciliaría. A las 9:45 salió con un vestido corto. Se puso las zapatillas que usaba en fiestas y se maquilló muy bien. Entró a la tienda y el en total silencio la paso hasta el refrigerador. Cerró y puso candados. Luego apago la luz y así la condujo hasta su casa. Pasaron por una pequeña puerta hasta llegar a la sala.
    
    —¿A dónde me lleva?
    
    —Al paraíso niña!
    
    —¿Me va a mandar otra vez a casa toda cachonda?
    
    —¿Ya se arrepintió?
    
    —Estoy aquí.
    
    Priscila sonrió y siguió avanzando, las manos de Don James le sujetaban la cintura, miraba el meneo de aquel culo hermoso, sentía el calor de aquel cuerpo joven en sus manos callosas, en cuanto cruzaron la puerta, levantó el vestido. Como si quisiera cerciorarse que ahí estaban aquellas nalgas deliciosas. Esas que había probado, con las que soñaba hace mucho.
    
    —Súbete a ese sillón, en cuatro.
    
    —¿Que me va…?
    
    —Shhh! Ahí encima, levante el culo!
    
    —¿Así?—dijo mientras se acomodaba.
    
    Priscila se montó en aquel sillón y levantó el culo, arqueo la espalda, sabía que su culo se veía bien así. Sintió las manos ásperas sobando sus nalgas, abriéndolas, y pasando su palma por la panocha. El calor en su sexo era una sensación divina. Comenzaba a humedecerse.
    
    —¿Me la vas a chupar?
    
    —¡Hoy me la vas a chupar tu a mi!
    
    Aunque no paraba de sobar y ya metía un par de dedos en su panochita, James tenía una mano en un bolso, de donde sacó unos dildos, Priscila no veía nada, estaba con ...
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