1. El clan del placer capítulo 5


    Fecha: 13/02/2020, Categorías: Incesto Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... los ejercicios. No así Kerry, que chupaba con alegría el pene semierecto de Reynard. Se acariciaba los pequeños pechos y el vientre, resbalando sus manos hasta su coño y estimulando su clítoris con sus largos dedos. La cabellera dorada se le movía rítmicamente a la par de sus engullidas veloces. —Oye —dijo Jeneh a mis oídos —, esa chica me cae mal. ¿Qué se está creyendo? —Déjalo. Revisa a los demás. Iré a ayudar a Dala. Arrodillándome junto a la pelinegra de lentes, tomé el pene del chico para que estuviera firme. —Así… tienes que abrir bien la boca y dejar que resbale. Le mostré cómo, dándole un par de chupadas a la rica polla del muchacho. Una vez terminada mi demostración, le dejé a ella continuar. La carne entraba de forma lenta por su garganta, inflando sus mejillas cuando las rosaba contra la parte trasera de estas. —Respira cuando la saques —aconsejé. Dado que Dala parecía ser lesbiana, me aventuré a ponerme sus pechos dentro de la boca. Tenía los senos más grandes de todas las de la clase, con un par de bellas puntitas marrón claro, que en esos momentos estaban un poco duras al tacto. Debía ser una copa D o algo así, lo cual quedaba atractivamente delicioso en alguien con un rostro tan inocente como el de ella. Además, olía bien. Lamí toda el área del pezón hasta embarrarlo de saliva. Ella gimió y comenzó a mamar con más velocidad, puesto que ya se encontraba excitada a un nuevo nivel gracias a mi lengua. Le acaricié el pelo, ondulándoselo y tirando de él. —Aquí ...
    ... viene… —dijo el chico. —Trágalo —ordené a Dala, y ella así lo hizo. Noté cómo la polla se convulsionaba al echar sus calientes jugos dentro de la garganta de Dala. De todos modos no era mucha, ya que él ya había eyaculado antes. Dala se aguantó el proceso, comiendo el simiente de su compañero. Finalmente éste se tiró al piso para descansar, y la chica quedó arrodillada con las manos en sus muslos y recuperando la energía y el aliento. —Eso… me gustó más, maestra. —Oh, no soy maestra. Soy una suplente —le di un par de deliciosos besos en la boca para calmarla. La tomé de la mano y la llevé a un rincón —Kerry, ven acá. —¿Qué? —Ayúdale a correrse. —¿Cómo? —preguntó sorprendida. —Tú sabes. Anda, abre —le pedí a Dala, y ella, con vergüenza, se apoyó en la pared y abrió sus piernas como pétalos de flor. Su clítoris estaba un poco hinchado. Kerry arrugó las cejas. —¿Tengo qué hacerlo? —Sí. Puntos de participación. —Ash… bueno —suspiró y sin decir nada más, pegó su boca a los genitales de su compañera. Dala dio un respingo y sonrió luego, excitándose más y más a medida que una boquita femenina le comía la concha. Jeneh había recuperado el control de su papá, y mamaba su miembro frente a las jóvenes que miraban incrédulas como una muchacha como ella podía engullir tremendo falo dentro de una boca reducida. Por supuesto, la saliva de mi hermanita resbalaba a grandes chorros por todo el tronco, manchando los huevos de Reynard. Las estudiantes quisieron practicar, pero los chicos necesitaban ...
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