El clan del placer capítulo 5 - Relatos Eróticos

El clan del placer capítulo 5

... movimientos masturbatorios de Jeneh. Dedos largos se deslizaban alrededor del clítoris de sus compañeras. Quienes estaban siendo masturbadas comenzaron a reír de gozo y curiosidad. A Kerry se le subieron los colores al rostro en tanto mi hermana le daba besos en el cuello para excitarla, algo que las otras estudiantes repitieron con sus respectivas parejas. —Abran los labios con sus dedos, así, y expongan todo. —¿Así? —preguntó una linda morena de trenzas, separando la vulva de su amiga. —Exacto. Ahora que ya vieron, háganlo de forma individual hasta correrse. —¿Solas? —Sí. Las chicas se echaron para atrás, abriendo las piernas y formaron un círculo entre ellas. Luego, cada una comenzó con sus respectivos ejercicios, mientras Jeneh supervisaba todo, dirigiendo manos que se resbalaban y tocando sin pena las lindas vaginitas que se exponían ante ella. Comprobó el sabor de los jugos y el tamaño de los sexos en cuanto al clítoris. —Tú eres estudiante —le dijo Kerry, que se estaba sobando los pechos. —Sí, pero soy de un grado mayor. Pellízcate los pezones —le sugirió. Sonreí al ver la dedicación de mi hermana y fui con Reynard, cuyos estudiantes se divertían estirándose las pijas arduamente. Era divertido para mí ver tantas pollas deliciosas de diferentes tamaños dándole rico a la masturbación, con sus huevos moviéndose fuertemente y los glandes rosados como setas. —Lo hacen bien estos chicos —dijo Reynard, sonriendo. —De seguro ya tienen bastante práctica —les guiñé a un ojo. ...

... Tras un rato, una por una, las nenas se fueron corriendo. Los gemidos aumentaron, algunas se reían y otras simplemente parecían más relajadas. Se miraban con interés y les lanzaban miradas a los muchachos. —Bien —dijo Reynard, —vengan a beber. Y gateando rápidamente, las chicas se colocaron una de las pollas en la boca y mamaron durante unos segundos hasta el semen de los chicos salió en gran cantidad, aterrizando justo sobre sus lenguas. —Tragenlo —dije a todas cuando vi que una joven lo quiso escupir. —Quiero más —soltó Kerry, con la boca manchada de blanco. —Yo no quiero… —chilló una muchacha de pelo lacio llamada Dala, que tenía un buen trago de leche en la boca. —Pues dámelo a mí —dijo Kerry. —Toma, abre… ya no puedo más. Y de la forma más sexi posible, Dala vació una rica y caliente mezcla de semen con saliva dentro de la boca de la joven Kerry. A esta no pareció importarle mucho, y se dedicó a saborearlo y a tragarlo sin ningún problema. Luego fue buscando qué otro chico no había terminado, u otra de sus compañeras para que compartiera un poco. —Ya, fue suficiente. Límpiense —ordené. Algunas de ellas lamieron a sus amigas en la boca. Otras simplemente se quitaron los restos con la boca y comieron lo sobrante. Era una imagen tierna hasta cierto punto. —¿Qué sigue ahora? —preguntó Dala, poniéndose sus pequeños lentes. En realidad Dala era muy hermosa, con ojos azules y una boquita rosada. Tenía pintas de ser una chica rara, de aquellas que les da miedo el sexo. No así ...