1. Trio en la isla cap 5


    Fecha: 20/01/2020, Categorías: Masturbación Autor: Crystal69, Fuente: SexoSinTabues

    ... squirt en mi boca. —¡No digas eso! Qué asco. — ¡Bah! Si mi amiga de la escuela supiera que yo era una squirter… se moriría de la envidia. Y de hecho hasta yo misma me sorprendía de saberlo. Desde ese día en el que ella me había taladrado con su lengua,yo me había masturbado todas las noches, muy pero muy fuerte, metiéndome plátanos, mis dedos, cepillos… de todo y siempre lanzaba chorritos de un líquido raro que por alguna razón a Mara parecían encantarle. De todos modos yo no era lesbiana así que tampoco me interesaba. —Me iré a asolear tras esas rocas —le dije —, y no quiero compañía. —Bien, bien. Al cabo que ni me quería mover. Una vez oculta tras las grandes piedras, me quité los shorts hasta quedar desnuda, me acosté sobre una toalla. Me coloqué protector solar, abrí las piernas y dejé que el sol me acariciara durante un rato para que toda mi piel adquiriera ese bonito color tostado que tan bien iba con mi cabello. Fue entonces que volvieron los recuerdos de la gran chupada que me dio Mara, y la vez que dormí con papá sintiendo su polla, su erección y mis tetas contra su cuerpo. Todo eso me hizo meter dos dedos dentro de mi coñito y presionar con una deliciosa suavidad. Mi cuerpo reaccionó de inmediato. Me estremecí de gusto y apreté los muslos para aprisionar mis manos que excavaban dentro de mí. Me giré hacia la derecha, jadeando de gozo, imaginando que una polla me rompía la boca y dejaba dentro de mi su caliente esperma… y fue entonces que la vi: ¡una balsa! ¡Era una ...
    ... balsa sin duda! Dejé mi vagina en paz y fui a ver. En efecto era una rudimentaria balsa hecha con ramas y lianas, pero sin duda alguien que no éramos nosotros la había construido. Estaba en la orilla. Eso significaba que habría más gente. Corriendo fui a ver a mi papá que estaba sentado en la hamaca con Mara, y el muy pillo platicaba sin más mientras le acariciaba las piernas. — ¡Papá! —grité. Mara me vio y se rió. Papá igual. —Hija ¿ya eres nudista? —¿Qué? Por las prisas no me había dado cuenta de que estaba sin ropa. Avergonzada, me tapé la conchita con las manos. —No es eso… papá, hay una balsa. ¡Allí está! Quiere decir que otras personas viven en la isla. —¿De verdad? Vamos a ver. No nos llevó tiempo comprobar que era cierto, pero lo más raro es que la balsa tenía unas raras letras talladas, como alguna caligrafía antigua. No le dimos mucha importancia. La guardamos, estudiamos y finalmente decidimos que al día siguiente exploraríamos un poco más las orillas para ver qué más nos encontrábamos. Así llegó la noche y yo no podía dormir ante la idea de que más personas estuvieran con nosotros. Ellos nos ayudarían sin duda. La curiosidad es una cabrona en ocasiones, así que haciendo caso de ella, cuando ya era de noche, salí de mi camarote para mirar las estrellas en la playa y meditar en nuestra situación. Una cosa llevó a la otra, y de repente me vi en ese mismo sitio donde estaba la balsa, desnuda y metiéndome tres dedos dentro del coño y llevando a la boca mis ricos jugos. ...
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