1. Con una hermosa de 19 años. I


    Fecha: 20/01/2020, Categorías: Infidelidad Autor: dandar, Fuente: CuentoRelatos

    ... evaporase la maravilla, adelanté mis manos hacia el cuerpo de ensueño y la puse con sus piernas abiertas sobre mí. Acaricié las tetas, el vientre, cintura, espalda, cola…
    
    Apenas sentía su peso; calculé que no debía superar los 45 kilos.
    
    —Recostate, boca abajo, te voy a hacer gozar mejor que cuando te pajeas…-ordené.
    
    —Alberto… Te cuento, nunca me cogieron…
    
    —¿¡Sos virgen…!? – dije, asombrado.
    
    —Si… ¿No querés…?
    
    La última vez que había desvirgado a una chica databa de más de veinte años atrás. Entonces expresé:
    
    —Ponete boca arriba, abrí tus piernas… Te voy a dar la mejor primera vez…
    
    Carolina obedeció. Y yo descendí mi cabeza hasta su deliciosa entrepierna.
    
    Mis labios y lengua recorrieron la fresca y suave vulvita y contornos, mientras mis manos acariciaban las tetas. Ella comenzó a gemir y agitarse. Cuando sentí en la boca sus primeros juguitos, bajé hasta sus pies. Eran bonitos. Los besé, acaricié, dedicando tiempo a cada uno de los deditos. Estando boca abajo recorrí con mi lengua y labios por la pantorrilla, me detuve en la parte posterior de la rodilla, y continué lentamente avanzando. ...
    ... Llegué al culito, que masajeé, hasta alcanzar su conchita. Ya estaba húmeda, caliente, olorosa… Mi lengua recorrió los labios rosaditos, y suavemente fui separándolos, mientras mis dedos paseaban por los muslitos suaves, las nalgas, las tetitas, las axilas.
    
    Sin apurarme, llegué al clítoris palpitante de Caro. Me concentré en ese pedacito, besándolo, mordiendo, aspirando, en tanto que saboreaba los juguitos de la pendeja. Ella ya gritaba, y sus manos empujaban mi cabeza, y sus caderas se agitaban salvajes…
    
    -¡Si amor, si papi, ahí, si, si, seguí, seguí…! ¡Agh mmm, cógeme…! –exclamó.
    
    Jadeaba como yegua, sus orgasmos llegaban, por lo que metí mi dedo mayor en la conchita mientras retuve su clítoris entre mis labios, moviéndolo en círculos con la lengua. Y su cuerpito se arqueó, me puteó, gritó insultos, y tuvo tres orgasmos seguidos…
    
    Me deslicé al costado, agotado, con toda la cara mojada por sus jugos, feliz de haber comido a una pendeja hermosa.
    
    Cerré los ojos. Repasé mentalmente las delicias de la nena que tenía a mi lado. Yo no había acabado.
    
    —¿Me vas a meter tu pija? – reclamó.
    
    …
    
    (Continúa) 
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