1. Con una hermosa de 19 años. I


    Fecha: 20/01/2020, Categorías: Infidelidad Autor: dandar, Fuente: CuentoRelatos

    ... ponía la bombacha y me acostaba, para pajearme entre mis sábanas.
    
    Estiré la pija para atrás y pese al minúsculo tamaño de la tanguita logré calzármela. ¡Qué rico! No era la primera vez que hacía esto: en mi casa, en cama, el sillón, delante de la computadora, miraba porno poniéndome tangas. Como en esas oportunidades, gozaba con el hilito metido en el culo y la pija saliendo por el costado…
    
    Me cubrí con un toallón y fui a mi cama. Miré hacia la cama de Carolina y la vi dormida. Me acosté, desprendí el toallón y quedé sólo con la bombachita. Boca arriba, puse la pija erecta, con el glande mojado entre los muslos y empecé a moverme, silenciosamente.
    
    Quería gemir, gritar, como hacía cuando estaba a solas o con una puta, pero ahora debía pajearme en silencio. Gocé el doble. Me puse de costado, mirando hacia donde estaba Carolina. La sábana estaba sobre debajo de sus hombros, deliciosos, y advertía la silueta de su cintura, caderas y piernas. ¡Hermosa imagen!
    
    Imaginé chupando sus tetas, hundiendo mi lengua en la conchita, lamiendo sus muslos, sintiendo su boquita comiendo mi pija, metiéndole verga por delante y atrás…
    
    Las sensaciones fueron tan sabrosas e intensas que no pude evitar cerrar los ojos.
    
    Hasta que escuché la voz de Carolina.
    
    —Alberto, yo también tengo ganas….
    
    La hermosa pendeja estaba sentada al borde de su cama, mirándome, sólo con una tanguita sobre sus piernas abiertas, tocándose la vagina. ¡Era impresionante…! Su cuerpito parecía ...
    ... dibujado, belleza de jovencita semejante solamente veía en imágenes… Entre maravillado y avergonzado apenas balbuceé:
    
    —Ehhh… Carolina… no es lo que pensás… Lo que pasa es que…
    
    —¿Qué cosa? ¿Qué se está pajeando? ¡Me encanta! ¡Déjeme ver…!
    
    Y arrojándose sobre mi cama levantó la sábana y cubrecama. Al descubierto quedó mi pija parada y la tanguita.
    
    —¡Esa es mi bombacha! ¡Se pajea con mi bombacha puesta! – exclamó con sus lindos ojos abiertos.
    
    No supe que decir ni hacer. Temí que saliese corriendo para denunciarme. Sin embargo me tranquilizó su sonrisa.
    
    —Alberto, ¡es inmensa tu pija, relinda!; ¡me encanta! ¡Qué bien te queda mi bombacha…! ¿Me dejás tocártela? – preguntó, tuteándome.
    
    Sin esperar mi respuesta, la preciosa joven tomó con sus dos delicadas manos el pene.
    
    —Carito hermosa, ¡es tuya!; hacé lo que quieras con mi pija…
    
    Delicia
    
    Estaba deliciosamente asombrado y maravillado: una jovencita preciosa, educada, arrebatadoramente sexy, estaba a centímetros de mis ojos y mis dedos. Quedé en silencio, admirándola. Para mí era perfecta: hermoso rostro, cuello alto, hombros frágiles, brazos delgados, pechos redondos y pero duros, cintura finísima, vientre plano, y una conchita sabrosa, depilada… Y además, ¡no estaba pagando!
    
    Carolina seguí con sus dos manitas en mi verga. ¡Qué suavidad placentera!; comencé a gemir… Me di cuenta que si no me separaba, acabaría en breve. Tomé sus manos y las besé.
    
    Con timidez, temiendo que un movimiento brusco de mi parte ...