1. Visitas a mi vecino - (el tío Enrique)


    Fecha: 14/01/2020, Categorías: Gays Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    Ya sé qué es, lo que me más me gusta; y no es el fútbol. Mi culo, en especial, y todo mi cuerpo, han pasado a ser objeto de mi atención.
    
    Procuro dejarme ver en las duchas, mientras las bromas van y vienen; y observo disimuladamente a mis compañeros.
    
    Y también, me he pasado casi toda la mañana deseando que llegue la hora de la siesta, para ir a casa de Mario.
    
    Esta mañana llegó el nuevo sustituto de Toni. Demasiada expectación, por parte de todos, para verle jugar. A mi me daba igual, yo estaba en otras cosas; y por eso, cuando ha entrado en el vestuario, no me he dado cuenta de que Edu (el masajista), según me han dicho, le ha estado tocando el culo mientras nos lo presentaba el entrenador, que es medio tonto y no se entera de nada. Así que, creo que debo que hacerme amigo del masajista y de Loren (el nuevo). ¿No os parece?
    
    Con Chencho (mi compinche, en cuestiones delicadas) me magreo, de vez en cuando; pero, no pasamos de un buen pajote y punto. Aunque, me gusta mucho; y le he hablado a Mario de él, pero no sabe nada del rollo que tengo entre las manos ahora y, como llevo bastantes días que no quedo con él, pues… anda con la mosca detrás de la oreja. Así que, he decidido invitarlo a comer a casa de mi abuelo, para que conozca a Mario.
    
    —¡Chencho! ¡Me ha dicho mi abuelo que quiere conocerte!; como siempre le estoy hablando de ti…
    
    —¿Sii?, y ¿por qué?...
    
    —¡Joder!, pues... porque eres mi amigo…
    
    —Pues, no sé… no te dejas ver mucho últimamente, que ...
    ... digamos…
    
    —Ya te contaré ¡joder!… confía en mí. ¿Te parece si llamas a tu casa y les dices que te quedas a comer en casa de mi abuelo?... que, tenemos que hacer un trabajo de clase para mañana y lo vamos a hacer esta tarde.
    
    —No sé, no sé… me tienes muy abandonado.
    
    —Venga ¡joder! enróllate, que me lo vas a agradecer…
    
    —No sé… ¡bueno, venga!
    
    Al llegar nos encontramos con Juanjo, que salía de casa de Mario
    
    -¡Ay, que rico estás, cabrón!; y me dio un pico…
    
    —¿Vas a venir esta tarde?… yo no puedo, tengo que hacer. ¡Me da una rabia!…
    
    —Pues... me gustaría presentarle a Chencho. ¿Qué te parece?
    
    —¡Hola!, me llamo Juanjo... que, este no presenta a nadie; y le ofreció su mano
    
    —¡Hola, que tal!…
    
    —Es que, hoy es el cumpleaños de su tío Enrique y ha preparado una fiesta para él. Si queréis ir, estoy seguro que le encantara verte... y más, acompañado de este chico tan guapo.
    
    —¿De verdad?… ¿tú crees que podemos ir?
    
    —Estoy completamente seguro. Además, la gente que viene es muy divertida (y me guiñó un ojo) … les encantará que estéis en la fiesta. Arreglaros un poquito, eso sí; para que vean que estáis de fiesta... y pasaros sobre las siete y media u ocho, que es cuando empieza la cosa. ¡Me tengo que ir chicos!
    
    Chencho me miró atónito y con cara de interrogación
    
    —Bueno, vamos a entrar; que casi son las dos y cuarto y mi abuelo nos estará esperando.
    
    Abrí la puerta de casa y…
    
    -¡Abuuuu!… pasa, pasa…
    
    Mi abuelo estaba en la cocina con la comida. —¿qué hay de ...
«1234»