1. Mi inocente cuñada


    Fecha: 11/01/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Fernán, Fuente: CuentoRelatos

    ... enormes. Yo tan solo tenía puesto el bañador y noté cómo mi polla se endureció. Seguí en esa posición, ella me miraba fijamente, “¿Te has enterado?”, le pregunté mientras dejaba caer mis manos con el cuaderno sobre sus muslos. “Creo que sí”, respondió. Quedamos callados, sus pezones estaban a mi lado, estábamos solos, la hermana de mi mujer y yo, las piernas de ambos no se separaban. Miré su boca, y me acerqué a ella leeentamente. Nuestras bocas se iban a juntar cuando ella me apartó con “¡¡¡¡¡Fernando basta por Dios!!!! ¿¿¿Te has vuelto loco???”, “Perdona Cristina, no sé qué me ha podido ocurrir”. Me fui al baño a refrescarme la cara, pero era imposible. Cristina escuchaba un pequeño reportaje en el ordenador a través de los auriculares. Yo estaba de pie detrás de ella, y decidí acercarme, una leve explicación que le hice acerca del video me permitió estar justamente a su espalda. Pegué mi bañador a su espalda, ella tenía que estar notando mi polla detrás suya, la fina tela del bañador era lo único que nos separaba.Así estuvimos un rato, lo mismo sólo fueron treinta segundos, pero cada segundo que pasaba y no se apartaba me ponía aún más cachondo. Puse mis manos sobre sus hombros y comencé a masajearlos, desde arriba podía ver cómo sus enormes pezones estaban pidiendo más… Lentamente, decidí bajar hacia ellos. Casi quince años deseando tocarlos y estaba a tan solo unos centímetros. Seguí bajando, bajando, notaba su latido, su clavícula, y mis dedos comenzaron a ...
    ... introducirse por debajo de los tirantes. Ella seguía inmóvil. Llegué a los pezones. ¡Dios!!!!! Eran enormes. Comencé a juguetear con ellos, primero con sumo cuidado, luego cada vez con más presión. Ella no reaccionaba. Aún seguía con los auriculares puestos cuando decidí seguir el juego, me fui a un lado y con mis manos tocando sus pezones, sus muslos, me puse de rodillas y me metí debajo de la mesa. Su actitud inmóvil desapareció para abrir sus piernas, cada vez más abiertas, me facilitaba lamer su coño. Tenía las bragas mojadísimas. Antes de quitárselas junté mi boca y la mordisqueé suavemente, sus piernas se abrían cada vez más y comenzó a jadear levemente. Levantó un poco su cintura, lo justo para quitarle las bragas y ahora sí; mi cuñada me servía su coño para que yo me lo comiera. estaba mal depilada, pero hasta me gustó más así. Mi boca se abría para rivalizar con su enorme coño, cada vez estaba más mojado y mis manos apretaban su culo. Comenzó a moverse, “ERES UN CABRON, ERES UN CABRON”, comenzó a decir; a mí me encantaba escuchar su voz, me hacía consciente de que el coño que estaba lamiendo era el de mi cuñada. Ahora eran sus manos las que aprisionaban mi cabeza contra su coño. Sus movimientos cada vez eran más brutales, comenzó a gritar “AHHHH, AHHHHH, CABRON, CABRON, FERNANDO CABRON. AHHHH ¡¡PARA YA!!”.
    
    Y siguió gritando mientras mi lengua volaba. Decidí follármela. Salí de debajo de la mesa, estaba aún vestida, sin auriculares. Me miró con cierta cara de miedo, creo que ...