Mi negrita apasionada - Relatos Eróticos

Mi negrita apasionada

... tan alta como yo pero era normal montaba unos tacones que daban miedo y lo primero que me dejó sin palabras fue el enorme escote que dejaba ver un canalillo apretadisimo por el par de tetas mas grandes que había visto nunca, sin exagerar eran enormes tanto como para no poder abarcarla una con las dos manos (y tengo unas manos grandes) así que como podéis imaginar la barbilla no paró hasta dar con el suelo por ver semejante belleza. Nunca he sido de los que le gustan las negritas pero aquella mujer tenia algo precioso, no sé si seria la mirada, la sonrisa inmensa, el acento o por supuesto el mejor par de tetas que había visto nunca todo ello redondeado por una cinturita finísima y un culo de escándalo, vamos una mujer de portada que sin embargo no era ninguna cría, en la puerta la calculé a ojo de buen cubero una cuarentena de años y no me equivoque demasiado en la cháchara que le dí mientras hacia mi trabajo le sonsaqué que era guineana, de padre español y madre guineana, que había viajado a España hacia años para reclamar la nacionalidad y que acabó casada con un gallego con el que acabó fatal, que tenia dos hijos a los que apenas podía ver por el acuerdo de divorcio y que llevaba unos años como chica de compañía con un éxito relativo, las fotos que motivaron su llamada eran de una "promoción" para un nuevo cliente, mientras hacia mis comprobaciones mis ojos viajaban desde sus pantorrillas a la pantalla, sentada a mi izquierda la minifalda de cuadros escoceses tipo ...

... colegiala no era lo mejor para que mantuviera la atención en la pantalla y ya el encaje de su lencería asomando bajo ella me remataba, no cabía ya en la silla para tapar que me estaba poniendo "nervioso" y algo me decía que a ella le hacia gracia la situación porque sus movimientos en su silla solo ampliaban mi visión de su tanga de encaje rojo. Al cabo de lo que me pareció una eternidad descubrí que el ordenador era un viejo conocido mio pues yo lo monté y vendí a una clienta de su gremio así que no lo habían formateado y lo que ella pensó que eran mails enviados era los mail rechazados por la defensa que había descubierto un virus, la noticia de que su "trabajo" no había sido descubierto por sus familiares y amigos la alivió así que negociamos que hacer con el ordenador para lo que consultamos mi lista de trueques a solicitud suya y mientras se la leía jugaba con sus bucles del pelo como una niña a lo que yo no podía dejar de examinar babosamente su anatomía, recostada sobre el escritorio ese tremendo culo redondo, prieto, turgente y perfecto solo hacia que me entraran ganas de levantar la faldita y penetrarla furiosamente, mientras esos pensamientos pasaban por mi mente ella leía la lista, me preguntaba cosas que ya ni recuerdo o simplemente se giraba a sonreírme...no sé a que jugaba pero el rato que miraba esa lista de poco mas de 10 puntos se me hizo eterna imaginándola desnuda sobre la alfombra de aquel espacioso salón abriéndome sus piernas para que la taladrara con mi pene ...