1. Por infiel, inicié a mi esposa en la prostit. (10)


    Fecha: 21/12/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Un poco antes de las 10 de la noche, mi esposa preparó su indumentaria, que consistía simplemente en una falda negra, un poco ajustada claro, debido a las abundantes curvas de ella, pero que le llegaban a la rodilla. Nada de vestirse como puta, pues yo la había instruido del peligro que eso significaba para los dos en un ambiente que desconocíamos, y en el cual cualquier cosa podía pasar. Lo único que insistió en ponerse era un apretado corsé negro que, empezando en su cintura, le llegaba solamente hasta la base de sus hermosos senos, quedando ellos excitantemente expuestos. De la parte de superior de esa incitante prenda, salían dos delgadas cintas que se enlazaban en la parte trasera de su cuello. ¿Pueden imaginarse ustedes como Andrea desbordaba sexualidad con eso puesto? Yo, viendo esa impresionante imagen de deseo, me opuse rotundamente:
    
    - No, no, tu no vas a ir vestida así, la falda va bien, pero ese corsé es lo más indecente que te he visto, ¡¡No irás así!!, ¡¡te querrán violar allí mismo, en el momento que entres!!
    
    - No mi amor, no iré solo con este corsé, me pondré encima esta blusa roja. El corsé es una sorpresa para el negro PAMBELÉ, cuando estemos en su habitación….
    
    - “Maldita puta” dije entre mí. ¡¡O sea, te pones bien sexy e incitadora para el negro, porque jamás te has puesto algo así para mí!!
    
    - Ja,ja,ja, oye, no te pongas así…yo soy tuya, y me tienes, y me puedes poner como quieras, solo es un gesto de coquetería nada más. “está bien”, le dije. ...
    ... Acto seguido, Andrea se puso un minúsculo y putísimo cachetero interior negro, la falda negra, y encima del corsé la blusa roja, calzando unos tacos de 10 cm, que la hacían ver altísima, ya que descalza, ella mide 1,75 metros. Se había hecho con su cabello una cola, sujetada con un coqueto moño. Sus negrísimas y pobladas cejas, y sus ojos color azabache, hacían juego con sus leves ojeras, sombreadas por un maquillaje perfecto, complementadas con un suave rubor rojo en sus mejillas, que la hacían ver esplendorosa con la bella e ingenua expresión de su lindo rostro. Aún con tanta ropa, parecía una reina.
    
    Salimos del Hotel, y recogimos al negrito Cirilo, que viendo la belleza de Andrea, se quedó mudo, alcanzando solo a decir: “Uhhhhhhh…….”. Finalmente, tomamos un taxi y nos dirigimos al prostíbulo, al encuentro de Pambelé, este misterioso personaje que arrastraba tanta fama, como temor. Yo, por mi parte, soy un duro de verdad, y nada me impresiona. De todos modos, oculté convenientemente en la pretina de mi pantalón mi pequeña, discreta, pero letal automática de calibre 6.35 mm.
    
    Al llegar, en esa oscura calle brillaban, como en un circo de diversiones, las luces del prostíbulo Fuera de él, había grupos pequeños de negros en actitud sospechosa. En la puerta de entrada se apostaban 4 miembros de la seguridad interna del local. Uno de ellos se acercó, e hicimos saber de nuestra presencia, el fortachón dijo: “Ahh…son ustedes” Esperamos unos pocos minutos en el taxi, cuando vimos ...
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