1. El Cazador - Parte 6


    Fecha: 15/12/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... en su lugar. Motivado por los gritos de los presentes, Ben sacó su cara del culo de Santi y empezó a restregarle el pene sobre sus nalgas, luego empezó a darle de nalgadas, primero despacio y luego más y más fuertes, hasta dejar rojas las nachas del muchacho, quien sólo enterraba su cara sobre la almohada, tratando de aguantar el dolor. ―Lo está lastimando ―dije, empezando a sentirme incómodo con todo aquel espectáculo. Mi idea del sexo siempre fue de placer, un placer mutuo, nunca dolor. Era evidente que Santi no estaba disfrutando ser nalgueado de esa forma, eso ya no era excitante para mí. Entonces Ben jaló del brazo a Santi hasta traerlo frente a él y luego con sus manos guió su cabeza hasta su miembro y empezó a darle de cachetadas con su enorme pene, embarrando su rostro con su líquido pre seminal. ―¡Chúpamela putita! ¡Chúpamela! ―le ordenó y el pobre de Santi accedió sumiso, metiéndose como pudo los 19 cm de aquel enorme tubo moreno, duro como piedra. Un simple cálculo de diámetros era suficiente para darse cuenta que era imposible que Santiago se tragara todo el pene de aquel hombre, pero al parecer éste no pensaba lo mismo y empezó a empujar, sosteniendo la cabeza del muchacho para poder penetrarlo más y más por la boca. Los gritos extasiados de la gente ocultaban las quejas que apenas podían salir de la boca de Santiago, mientras luchaba por respirar con aquel enorme trozo de carne atorado en la garganta. Pero Ben parecía no importarle para nada que el muchacho no ...
    ... pudiera respirar, ya que seguía metiendo y sacando su miembro de la boca de Santi, sin ninguna piedad. ― ¿Disfrutas el show? ―escuché de pronto la voz de Fabián junto a mí. ― ¿Cómo puedes permitir eso? Lo está lastimando ―me quejé de inmediato, indignado. ―Él sabía a qué se metía, además le estoy pagando bien. Sólo tiene que aguantar un poco… estará bien Su fría respuesta no hizo más que incrementar mi indignación y mis ganas de detener aquel espectáculo. ―¡Fóllalo! ¡Fóllalo! ―empezó a gritar la gente ― ¡Rómpele el culo! ― ¡Llénalo de leche! Era increíble observar el grado de depravación que demostraban todos en aquel lugar. La lujuria parecía dominarlos a todos. El deseo por el sexo era tan fuerte que los convertía en bestias que por instinto sólo querían satisfacer sus deseos básicos. Movido por la multitud de gente, Ben sacó de un golpe el pene de la boca de Santi, dejando al muchacho sin aire sobre el mueble, tosiendo y tratando de recuperar el aliento. Su cuerpo se contraía tratando de recuperar su ritmo normal de respiración. Su piel estaba roja y erizada, señal de que estaba muerto de miedo. ―Ves… ya pronto acabará ―continuó Fabián, sin mirarme. Entonces Ben colocó a Santi en cuatro patas y le escupió un par de veces en su agujero. Podía ver el miedo en los ojos del muchacho, pero por alguna razón no se quejaba, no pedía que se detuviera. ―¿No piensa usar lubricante? ¡Lo hará sangrar! ―me quejé, volviéndome a Fabián. ―Es el cliente, pagó buen dinero por su putito, puede ...
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