1. Me daba miedo la oscuridad


    Fecha: 10/12/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... siguió tocando el chocho más rápido y me empecé a meterme la cuca de mi tío en la boca, cuando empecé a chupar mi tío gimió y me dijo "sí, sí, sí mi niña así, chúpala toda, veras que rica está" y me empujó la cabeza hacia abajo metiéndome toda la cuca en la boca, me hizo daño en la garganta y no podía respirar pero él me movía la cabeza igual que con la mano, metiéndome y sacándome de la boca aquella cosa enorme, me estaba ahogando pero él no paraba y gemía cada vez más.
    
    Seguía tocándome el chichi y cuando yo tenía todo lo que me cabía en la boca de su picha él gemía y me apretaba con los dedos en la rajita, a mí eso me daba gusto y empecé a respirar rápido, seguí chupando y mi tío me movía la mano a lo largo del trozo de rabo que no podía comerme, agitándomelas rápido hasta que noté como una ola dentro de la cuca que subía desde la parte más pegada de sus huevos, cuando lo noté mi tío gimió y me aguantó la cabeza para que no me sacara nada de su polla de la boca, sentí subirle el calor por el mango y desde que pasó por mis labios a que empecé a tragar a penas fueron segundos, "traga, traga todo que sino te ahogas" y tragué al mismo tiempo que mis manos seguían resbalándose en el rabo sin que mi tío me dejara de guiar, justo en el momento en el que tragaba un buen chorro apreté ...
    ... su punta con mis labios pensando que así pararía el chorro, apreté y mi tío se estremeció derramándose más y enterrándome su pulgar en la raja, sentí un escalofrío y sin dejar de chupar ya por inercia sentí cómo mi cuerpo temblaba cada vez que mi tío movía su dedo dentro de mí, hasta que se me encogió el estómago, me fallaron las piernas y me sentí cómo escupía por los lados de mi rajita un moco caliente que seguía derramándose a cada movimiento del dedo de mi tío y yo seguía moviendo mi cabeza al mismo ritmo, recogiendo todas las gotitas que se me escapaban por aquel aún duro y erguido rabo.
    
    "Así mi niña sí, has sido muy buena, ahora nadie se dará cuenta" y me acariciaba la cara y el chocho despacito. Después de unos minutos noté que su pilila empezaba a ablandarse, chupé un poco pero mi tío se retiró. Se levantó, se subió los pantalones, arregló las sábanas, me subió las bragas y acariciándome el conejito sobre ellas se inclinó y me besó. "Verás que bien duermes preciosa" siguió tocándome el conejito que aún mojaba mis bragas y me miró, "Dormirás muy bien y mañana el tío vendrá otra vez para que no pases miedo en la oscuridad. Duerme mi niña", y me besó en los labios antes de marcharse y cerrar la puerta. Esa noche me quedé dormida sin acordarme de que la oscuridad me daba miedo 
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