1. EL SECUESTRO DE CAROLINA I


    Fecha: 08/12/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: eroticteller, Fuente: SexoSinTabues

    ... además, llevaba una cazadora de color oscuro. Con la mano derecha tiraba de la mochila, mientras que en la izquierda sujetaba un pequeño paraguas que apenas le cubría la cabeza. J. llevaba un chubasquero de lo más común, nada llamativo. La capucha le tapaba casi todo el rostro. Nadie le podría reconocer. Con decisión, comenzó a andar detrás de la chica mientras aferraba una navaja en su mano derecha. Dos calles más allá, aceleró el paso y se situó al lado de la niña. Le pasó el brazo izquierdo por los hombros mientras que, con la otra mano, apretó la navaja en el costado de la sorprendida joven. - No digas nada y sigue andando, so puta. Al menor gesto o grito que hagas, te juro que te rajo. La cría quiso decir algo, pero la mano de J. se puso delante de su boca, impidiendo cualquier sonido. Con un movimiento casi imperceptible, la dirigió a una bocacalle donde había aparcado su coche de cristales tintados. Era una calle pequeña a cuyos lados estaban los laterales de las casas adosadas. No había entradas principales. La luz seguía siendo escasa y la visibilidad también. J. notaba los hipidos de esa pequeña zorra, que no entendía lo que estaba sucediendo. Su excitación aumentaba. Se pasó la navaja a la mano izquierda y, con el mando del coche, abrió las puertas. - Entra ahí y no se te ocurra decir ni una palabra - le dijo al oído. En la parte de atrás del coche metió las bolsas de la niña y su paraguas. Después entró ella y, por último, se asentó J. Los cristales tintados ...
    ... impedían cualquier visión desde fuera pero aún así, se apresuró a hacer lo que tenía previsto. Quería salir de ahí cuanto antes. No quería arriesgarse a que alguien le hubiera visto. Sacó del bolsillo de su chubasquero un botellín de agua. Había diluido en él la suficiente cantidad de somníferos como para que esa pequeña perra estuviera dormida hasta llegar a su fatal destino. - ¡Bebe esto, putaaaa! - le gritó. - Por favor, señor…. por favor… no me haga daño - suplicó la aterrorizada niña. La palma de la mano se estrelló contra la suave piel de su cara. Los sollozos aumentaron. - No estoy de bromas, niñata. Desde ahora vas a hacer lo que yo te diga sin rechistar porque, si no lo haces, ese tortazo va a ser lo más leve que recibas. ¿Entendido? ¡Bebeeeeeeeeee! Con lágrimas en los ojos, la jovencita bebió todo el contenido de la botella. No tardaría en hacer efecto lo que había echado pero, deseando salir de allí, J. le ató las manos hacia atrás con un cable de metal. La dejó sentada en la parte posterior mientras él pasaba al puesto de conductor. Pisó el acelerador y salió de allí. ******* Se sentía triunfador. Sabía que lo había logrado. La lluvia caía sobre el parabrisas, y él se sentía seguro después de haberse alejado muchos kilómetros de aquel lugar. Miró por el espejo interior del coche para contemplarla. Seguía dormida, apoyada en el respaldo del asiento con la cabeza levemente inclinada hacia un lado. La boca entreabierta y su melena cayéndole sobre el hombro. Se le había ...