1. La Paja y Yo: El Reencuentro con el Colorau (1)


    Fecha: 17/11/2019, Categorías: Masturbación Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... que estar muy caliente.
    
    Yo: - bueee... para llenar de sangre todo eso, se te va a chupar el resto del cuerpo... jejejej, esa es una de las grandes ventajas de no tenerla tan larga, ¡¡¡SIEMPRE LA TENGO DURA!!! Jjajajajajaja – nos reímos los dos, entonces le dije: – bueno... probemos de chuparla... – y aclaré - ...cada uno a la suya, ¡¡obvio!! Jajajaj – cuando yo dije eso, puso una cara de sorpresa, pero cuando hice la pertinente aclaración, también soltó una carcajada.
    
    Nos acomodamos acostados sobre la piedra, uno al lado del otro, mientras que yo parecía una tortuga dada vuelta, sin poder lograr nada, él levantó las piernas hacia arriba, apoyando el peso sobre su espalda, se metió la cabeza de su pingo en la boca, no tuvo inconveniente alguno, ya que así, a media hasta como estaba, se podía meter la cabeza entera en la boca sin problemas y sin estirarla. Mientras tanto yo, que había abortado la misión por razones obvias (tantas veces había intentado hacerlo, pero las proporciones no me ayudaban para nada), observaba el espectáculo sentado frente a él y masturbándome.
    
    El show duró poco, debido a la incomodidad de la posición y la dureza de la piedra, él ser incorporó, quedando sentado frente a mí, yo en ese momento solté mi pija para echar un aplauso, y le dije: - che, no nos vamos a quedar así, ¿verdad?, terminemos la paja... ¿si?. Entonces él, asintiendo con la cabeza, comenzó a pajearse, se pajeaba la cabeza con movimientos cortos y cada dos o tres de esos ...
    ... movimiento, se la recorría entera con su mano; yo lo miraba y también me la jalaba, despacito, ya que debido a mi calentura podía terminar en cualquier momento. Aunque suene medio maricón lo que voy a decir (pero al fin de cuenta esto es una fantasía), yo lo miraba, deseaba agarrarsela para sentir como era tener otra pija en mi mano y sobre todo, una de esas dimensiones, él se la jalaba suave, sin apuro, yo trataba de seguirle el ritmo, pero estaba que volaba, por lo que le pregunté si le faltaba mucho, él contestó que si, entonces yo le dije, si como podía ayudarlo, porque yo estaba que volaba, él dijo que no sabía. Seguimos pajeandonos, hasta que no aguanté mas y avisé que iba a acabar, como estábamos en un lugar donde no importaba donde caía la leche, me acosté sobre la piedra boca arriba y comencé a tirar borbotones de leche, hasta yo me impresioné de lo alto que salían, el Colorau miraba entre caliente e impresionado, las gotas de mi leche, cayeron en mi panza, en mi pecho y en la piedra, por una lanita no le pegaron a él. Quedé tirado en la piedra un rato, notaba que el Colorau se había dejado de pajear y le dije:
    
    Yo: - que buena paja, hacia rato que no tiraba tanta leche... jajaja – me di cuenta que él no había acabado, y agregué – hey... vos no vas a quedar así... ¿no vas a acabar?
    
    Colo: - es que yo soy mas lento, y me da cosa seguir solo, seguro que cuando llegue a mi casa la termino en el allá...
    
    Yo: que me sentía algo culpable, le dije – ¡noo!, ¡boludo!, en ...