1. Al salir de clase


    Fecha: 04/11/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: EvaManiac, Fuente: CuentoRelatos

    ... prenda inferior mirando hacia abajo, como si aún no supiera a ciencia cierta qué iba a salir de ahí, yo era testigo de cada movimiento y de su vergüenza. Aflojó los aprietos de la tela vaquera y realizó un movimiento brusco hacia abajo para dejar caer la prenda hasta las rodillas, dejando patente el bulto de su excitación bajo el calzoncillo. El mancebo no quiso cruzar su mirada con la mía, a sabiendas de que mis ojos estarían clavados sobre esa estaca cubierta de una tela que me pareció mostrar una mancha de humedad latente en un punto muy concreto. Me acomodé en mi silla en absoluto silencio, y me dispuse a disfrutar de un momento único que jamás antes había experimentado como simple espectadora. Giró sobre sí mismo, con las piernas juntas y dando 2 saltitos, para encararme y ofrecerme una vista privilegiada de su siguiente paso. Con una mano hurgó en la ranura de su slip y, con un movimiento hábil, extrajo su carne trémula mientras rápidamente usaba la mano para abrazarla quizás en un intento por preservar la poca intimidad que le quedaba ya.
    
    -"¡Madre mía!", me salió de la boca como una expresión idiomática involuntaria que denotaba gran sorpresa u ofuscación.
    
    Este tipo, este niñato fibrado, delgado, feo, lleno de granos, pelo grasiento y boca metálica resulta que iba a tener una de las pollas más gruesas e impresionantes que había visto yo desde hacía mucho tiempo. No es que una verga de grandes proporciones fuera una novedad para mí, pero este chaval, visto ...
    ... así, de frente, con ese cuerpo en desarrollo, era absolutamente desproporcionado.
    
    Antes de empezar a masajearse el miembro, David alzó la mirada para asegurarse de que su única espectadora estaba de acuerdo en continuar con la función. Yo estaba todavía en shock por la situación que había construido, pero no estaba dispuesta a parar el espectáculo. Sabía que no era muy ortodoxa la situación, al fin y al cabo, el niñato iba a pajearse frente a su profesora particular, y quizás sea ese el eufemismo diferenciador: “particular”. Así que me mantuve callada y con la mirada clavada en la mano del chico, y en el pedazo de carne morado que sobresalía de la misma.
    
    Era evidente que David llevaba ya un buen rato muy excitado porque, al destapar su sexo erecto, éste mostraba ya una textura, una humedad y un color de absoluto sofoco. Cuando su mano comenzó los vaivenes, su excitación se aceleró de forma abrupta mostrando en la punta del glande ese líquido transparente de lujuria fálica que antes había manchado su ropa interior. Y cuando comenzó a emitir algún que otro gemido de satisfacción, pude notar a la vez, y con toda certeza, la humedad de mi vagina y sus más que posibles consecuencias dentro de las bragas. Sin duda comenzaba a segregar mis propios líquidos, pero sin exteriorizar esa sensación, manteniéndome fría, erguida en la silla, como si esta situación fuera para mí uno más de mis quehaceres rutinarios.
    
    Un fuerte aroma a polla lacrimógena ya había invadido la pequeña ...
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