1. Infiel


    Fecha: 19/10/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Juana, Fuente: CuentoRelatos

    Sé que no debía haberlo hecho, que debo serte fiel, pero no lo pude evitar, de verdad. No sé cómo pudo suceder, sólo sé que no era yo, que algo o alguien me influyó, trató de controlarme y lo logró. Quizás fue aquel tío, el que trató de controlar mi mente y me llevó a ponerte los cuernos, cariño. No sé. Ya sé que no me vas a creer, diga lo que diga, pero fue así.
    
    Le conocí una noche en que tú estabas en uno de tus famosos viajes de negocios. Yo volvía a casa, después de haber cenado en casa de mi madre. Conducía mi blanco y viejo coche con tranquilidad, por las semioscuras calles de la ciudad y al llegar a aquel cruce, lo vi. Un coche rojo y nuevo acababa de saltarse el stop. Frené con rapidez, igual que el coche rojo al verme, pero inevitablemente chocamos. "¡Maldito desgraciado!" pensé desabrochándome el cinturón. Cogí los papeles de la guantera y me bajé. Y entonces como una aparición, le vi. Era alto, moreno, ojos marrones, pelo rizado y guapísimo.
    
    -Lo siento, de verdad -fue lo primero que me dijo disculpándose- iba distraído.
    
    -Ya, bueno -le dije enfadada, ya que me había roto el piloto derecho de mi coche.
    
    -Venga mujer, si no has sido nada -dijo él tratando de apaciguar mis ánimos esbozando una amplia sonrisa juguetona.
    
    Respiré hondo y le dije:
    
    -Vale, vamos a hacer el parte.
    
    Le sonreí, su mirada intensa y penetrante me tenía embrujada y casi hasta me impedía mirarle directamente a los ojos. Rellenamos los papeles y así supe que se llamaba ...
    ... Sebastián y que vivía cerca de donde estábamos. Cuando terminamos me preguntó:
    
    -¿Puedo invitarte a tomar algo?
    
    Le miré de nuevo a los ojos. Su intensa mirada me hizo sentir desnuda. Bajé los ojos al suelo y tímidamente le contesté:
    
    -Vale.
    
    Algo dentro de mí me decía que no lo hiciera, que debía regresar a casa inmediatamente, pero su intensa mirada me suplicaba que le siguiera hasta el pub que había unos metros más allá de donde habíamos aparcado nuestros coches para llenar el parte. Así que nos dirigimos hacía el pub. Era un local no muy grande, semioscuro, con una gran barra, algunas mesas esparcidas junto a la pared y una pequeña pista de baile en medio.
    
    -¿Qué quieres tomar? -me preguntó cuando estuvimos en la barra.
    
    -Una cerveza.
    
    La camarera se acercó a nosotros y él le pidió las cervezas.
    
    -Siento lo del coche, de verdad -me dijo, mirándome con cara inocente, mientras esperábamos la bebida.
    
    -No te preocupes, son cosas que pasan -le dije, quitándole importancia al asunto.
    
    Nuestros ojos volvieron a chocar y en mi mente se dibujaron nuestros cuerpos desnudos en una cama, acariciándose. Traté de apartar aquella imagen de mis pensamientos, por lo que miré hacía la pista de baile. Había sólo unas pocas personas bailando. La camarera dejó los vasos ante nosotros y yo cogí el mío y bebí, evitando mirar aquel guapo moreno que tenía enfrente.
    
    -¿Te gusta bailar? -me preguntó.
    
    Ineludiblemente tuve que volver a mirarle a los ojos.
    
    -Sí -le respondí, ...
«1234»