1. XXX II


    Fecha: 15/10/2019, Categorías: Hetero Autor: FilosofoAullado, Fuente: CuentoRelatos

    ... camino con violencia y fuerza. Te sujeto de la cintura y de una estocada la clavo hasta el fondo. Sueltas un grito, lloras.
    
    —Detente, sabes que no me gusta por… Ayyy
    
    No te escucho, te penetro salvajemente, te acaricio el clítoris y luego golpeo con la palma abierta tus labios vaginales. Abro más tu ojo de Sodoma, mi verga se hace gruesísima dentro de ti, embisto, embisto, bombeo… Soy un bombardero ruso, lloras, pataleas, finalmente te libras de mí…
    
    —No me gusta esto, me estás lastimando. Pinche loco, mejor ahí le dejamos…
    
    De mi mochila saco mi pistola automática calibre 28. Es negra y de metal. Te apunto. Te desconciertas, balbuceas unas palabras.
    
    —¿Qué estás haciendo?
    
    —Lame la pistola…
    
    —Creo que esto es…
    
    —¡Lame la pistola, puta!
    
    Ves la determinación en mis ojos y te acercas a lamer la pistola automática. Chupas, la metes entera en tu boca. Te acerco de nuevo al espejo y de nuevo te enculo, mi verga entra cada vez con mayor facilidad, la sensación me enloquece. Tú sigues llorando, pero tengo la pistola apuntando a tu ...
    ... cabeza…. Abro tus muslos, meto el arma entre tus piernas, una vez que la lleno de tu esencia, la meto en tu boca para que pruebes tu propio sabor mezclado con el metal y el olor a pólvora. Gritas, me gusta verte gritar en el espejo y tus tetas enormes que se mecen en cada vez más crueles oscilaciones. Retuerzo tus pezones tan duro que aúllas una vez más… Eso me excita tanto que estoy a punto de venirme.
    
    —Ponte de rodillas, puta, ponte de rodillas…
    
    Te arrodillas, estás llorando, meto la pistola en tu boca, la sostengo con mi mano izquierda mientras que con la derecha me estoy masturbando sobre tu cara, me excita verte así, llorosa, con el maquillaje corrido y con el frío metal dentro de tu boca… Así que suelto una avalancha de semen que por un momento te enceguece, el resto del semen lo descargo en tu boca y en tus tetas. Es una sensación delirante. Caigo a tu lado, en la alfombra de la habitación y cierro los ojos sollozando. La pistola está descargada, te digo sonriendo. Me abofeteas, un golpe durísimo… Luego me besas. Te acuestas a mi lado. 
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