1. El Sexo más placentero


    Fecha: 15/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... calentado!. Decidí desnudarme, ella me dijo que me fuera y yo le dije que tardaría sólo unos minutos. Ya en bolas entré en la bañera, ella se quedó helada, no le salían las palabras, antes de que pudiera actuar le apreté contra mí y le toqué su divina y virgen concha. Ella se negó y me dijo llorando que me fuera, yo le dije que callara y disfrutara y que ella estaba tan deseosa de coger como yo. La puse en cuatro patas y le chupé la concha durante más o menos cinco minutos; después me decidí a clavarla. Ella no decía nada aunque gozaba como una zorra. La besé un poco y ella disfrutó de esa manera de sus propios jugos. Después pasé a esas tetas de película, puse la cabeza de mi pene en la puerta de su concha y la miré: ella me suplicaba que no; pero la penetré. La serruché durante diez minutos y acabé: pero se me paró de vuelta al cabo de unos segundos, de manera que le eché otro polvo. A todo esto la pendeja lanzaba ladridos de placer y calculo que debió haber acabo como cuatro veces. La llevé toda mojada a su pieza; ella lloraba. Sentía mucha culpa y placer; yo también. Se puso una bombacha negra y un corpiño blanco y me dijo que paráramos, yo asentí y me fui.
    
    Después de unos minutos ya no daba más otra vez y volví. Ella estaba en su cama. Cuando entré no dijo nada y la besé. Me saqué la malla que me había puesto en mi pieza luego de salir, y le dije que chupara mi pija y así lo hizo: se tragaba la muy golosa toda mi humanidad. De repente, le mandé otra carga de semen a ...
    ... su boca, ¡y ella se lo tragó todo!. Nuevamente otra erección -el morbo puede hacer que una persona eche miles de polvos, es algo increíble y es la sensación más excitante que se puede vivir. Rompí su bombacha y arranqué su corpiño y me colgué como Drácula de sus tetas, después abrí sus piernas nuevamente y puse mi verga dentro de su rosada conchita y la penetré. Serruché sin piedad y al cabo de media hora nuevamente acabé. Tras otra erección la puse a cuatro patas y decidí romper ese orto maravilloso. Primero le chupé un poco para que se lubricara y le di unos masajes. Luego le metí poco a poco la cabeza; ella gritaba y lloraba de placer y de dolor y me decía que parara. Pero no lo hice sino todo lo contrario: la metí hasta el fondo. Pobre hermanita le quedó el otro a la miseria y lleno de leche. Ella a todo esto acabó como cien mil veces. Cuando terminé descansamos sin decirnos una palabra. Ese día paramos hasta la noche. Al otro día a la mañana vinieron nuestros padres, y nunca hablamos de eso, hasta un día que vino ella del cole y nos prometimos un fin de semana al full; pero después dijimos que pararíamos; sin embargo no pudimos.
    
    Aunque tratamos de parar de tener sexo es muy difícil. Yo soy el que la busca porque a ella la invade la culpa. Ayer volví a tener sexo con ella al cabo de seis meses. Volví porque no pude evitar la calentura. Estábamos toda la familia en casa de mi tío y ella se fue al baño. Entré porque no hay cerrojo mientras ella hacía pis. Me dijo que me ...