1. Mi hijo me baja el calor


    Fecha: 10/10/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: amadecasamari, Fuente: CuentoRelatos

    ... ver mi ineptitud para mamársela había decidido tomar el asunto entre sus manos, literalmente.
    
    Sentí como el garrote de mi hijo me entraba hasta la garganta, mi hijo estaba cogiendo mi boca de una forma casi salvaje, yo me sentía asfixiar por tremendo trozo de carne que me obstruía el paso del aire, pude sentir como mis ojos se ponían en blanco y estaba a punto de desmayarme, al ver eso mi hijo sacó su verga seguida de un tremendo chorro de saliva acumulada detrás de ella. Pero él aún no terminaba de usar mi boca, tan pronto como vio que tomaba suficiente aire volvió a clavarme su miembro dentro de mi boca para repetir la misma operación.
    
    Cuatro veces hizo lo mismo con mi cabeza, entonces mi hijo rompió el silencio que había reinado hasta ese momento.
    
    — Quiero cogerte madre. — Fue lo único que dijo, tan tranquilamente como si me pidiera la hora.
    
    De rodillas frente a él, con mi saliva escurriendo por las comisuras de mis labios, así como estaba lo miré fijamente a los ojos, sabía que no podía negármele después de lo que habíamos hecho, pero a la vez sentía que no era lo mismo un faje, masturbarnos o hacernos el sexo oral comparado con una penetración. Titubeé un poco antes de contestarle.
    
    — ¿Estás seguro hijito? Recuerda que soy tu madre. Podríamos arrepentirnos.
    
    — Estoy totalmente seguro mamita, te deseo como no te imaginas.
    
    Mientras me ponía de pie acerque mis labios a los suyos, lo besé con ternura y pasión, no como una madre besa a su hijo, sino como ...
    ... una hembra besa a su macho. Me despojé de mi ropa y le susurré al oído — Si en verdad me deseas, no lo dudes, hazme tuya hijo mío, folla a tu madre, ¡cógeme!
    
    Manuel me empujó suavemente sobre la cama y yo lo jalé a él hacía mí, su cuerpo se posó sobre el mío que lo esperaba con las piernas abiertas, entonces en un segundo nuestra locura quedó consumada, él me penetró al instante, de lo empapada que estaba su enorme verga resbaló sin ningún esfuerzo dentro de mí, mi hijo me había hecho totalmente suya y yo estaba que no cabía de felicidad.
    
    — Te amo mamita. — Me decía mi hijo mientras su verga se deslizaba por completo dentro de mi tan larga y gruesa como era.
    
    — Te amo hijo. — Le contesté una vez que estuvo completamente dentro de mí. Nunca en mi vida una verga tan grande me había penetrado.
    
    Entonces empezó a cogerme con ternura, lentamente pero con mucha pasión, cada estocada que me daba me arrancaba un suspiro, cada que sentía como tocaba fondo una corriente eléctrica me recorría la espina dorsal.
    
    — ¿Se siente bien cariño? Dile a tu madre cuanto te gusta cogértela — Le dije de repente.
    
    — Me encanta madre, me encanta cogerte. — me respondió al mismo tiempo que me daba una estocada más.
    
    La intensidad iba en aumento, cada vez lo hacía más rápido y más bruscamente, era como si poco a poco se fuera transformando en una bestia salvaje, como si se fuera olvidando que era su madre a la que estaba fornicando y en su lugar fuera yo una puta cualquiera a la que podía ...
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