1. Sueños premonitorios


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: femmefatale, Fuente: RelatosEróticos

    ... cuando empecé a perder la noción de cuantos cuerpos me rodeaban ¿tres, cuatro? Daba igual, yo sólo quería que las manos, las bocas, los brazos, no se detuvieran, que siguieran hasta hacerme perder el sentido.
    
    De pronto me descolgaron los brazos, que empezaban a estar un poco adormecidos, y noté como sus piernas apenas respondían para sujetarme en pie. No importó porque había cuatro, seis, ocho, diez brazos dispuestos a cogerme, a acariciarme, a pasarme de unos a otros sin apenas tocar el suelo. Así empezó un masaje, en el que ni un solo centímetro de mi cuerpo quedó desatendido, una crema aceitosa empezó a ir y a venir por todo él, manos suaves, grandes, pequeñas, torpes, hábiles, cada una sabía dónde tenía que ir. Dos dedos se introdujeron en mi vulva y empezaron a acariciar despacio, unas manos desiguales acariciaban mis tetas de modo también desigual, ahora pellizcando, ahora golpeando, ahora masajeando. Los dedos que me acariciaban la vulva seguían poco a poco haciéndome alcanzar momentos de placer inusitado, notaba cómo mi clítoris retemblaba en medio del empuje de esos dedos experimentados.
    
    Por detrás las manos rudas manoseaban mi culo y mi ano. Despacio primero, luego con decisión un dedo completamente aceitoso comenzó a introducirse por mi culo. No me dolía como muchas veces había prensado, era una sensación extraña, pero no desagradable. En cualquier caso, no tenía opción, mi voluntad estaba completamente anulada, en medio de la orgía de sensaciones todo ...
    ... parecía poco. Después del primer rechazo propio de un esfínter no habituado, el dedo siguió su trabajo haciendo que fuera sintiendo una mezcla de dolor y placer, de anhelo y rechazo, extraña para mí. Entonces, con mi cuerpo completamente sumido en las más dulces sacudidas, busqué con la boca una polla que empecé a notar acariciando mi mejilla izquierda, la introduje en la boca y empecé a chupar, primero la punta, luego ambos lados, los huevos, caricias leves, pero pronto, me metieron la polla hasta el fondo de la garganta provocándome una gran arcada. Eso no impidió que cuando otras dos pollas se acercaron, las buscara con deleite. La verdad es que chupar pollas siempre ha sido mi debilidad. Me encanta oírles gemir pidiéndome que no pare, que siga. Sé que en ese momento son completamente míos.
    
    Después de un gran orgasmo que me dejó sin aliento, me vi elevada por unos brazos que desde la espalda me abrazaban por completo, me depositaron encima de un cuerpo de hombre que parecía hecho de acero. Antes de que me pudiera orientar en la nueva situación, y con mi coño todavía buscando respiro, una polla enorme, con fuertes venas marcadas en ella me penetró con decisión, entrando y saliendo a un ritmo pausado pero implacable. Me dejé caer tocando con las tetas un pecho masculino sudoroso, que inmediatamente me puse a chupar, mordisqueando unos pezones duros que se dejaban hacer.
    
    Apenas habían pasado diez segundos y una segunda polla se empeñaba en meterse en mi coño, uno, dos, tres ...