1. Visitas a mi vecino (Un día de campo)


    Fecha: 10/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    ... y estaba abriendo esa bragueta para empezar a darse un festín.
    
    Con un macho así no era posible controlarse.
    
    Empezó a chupar del biberón... y yo me lancé a disfrutar de esa boca jugosa y con sabor a menta. Mis manos jugaban con sus tetillas, pellizcándolas... y de vez en cuando me separaba de él para mirarle a los ojos; no sé si era guapo o no, pero a mi me encantaba verle ahí, tumbado, tranquilo, esperando mi lengua, que sin duda volvería a la carga. Me excitaba mucho ese machote que se dejaba hacer de todo. Y yo estaba empezando a ponerme muy burro.
    
    Le quité la camisa y ayudé a que Chencho le sacara los vaqueros, no llevaba nada debajo. Le chupamos el zupo con mucho gusto y nos lo repartimos durante un buen rato, mientras acariciábamos ese ojete tan ansiado que luego saborearíamos a tope, turnándonos como buenos amigos.
    
    Después levantamos sus piernas y lo colocamos para que Chencho pudiera disfrutarlo metiéndole el rabo hasta el fondo. Estaba impaciente por metérsela. Y yo me puse a cuatro sobre él y le dí la polla para que me la chupara mientras yo se la chupaba a él.
    
    - ¡Aghhh!… ¡Aghhh!
    
    - ¡Mmmm!… ¡que rico estás cabrón!
    
    Me la comía como el que no quiere que se le acabe el caramelo. Y eso, me cabreaba.
    
    - ¡Joder!, ¡cometela entera, coño!... que voy a coger frio.
    
    Chencho le daba duro. Y estuvo follándoselo hasta que no pudo mas y se corrió dentro de él. Luego, se dejó caer, se limpió el cipote con la camiseta y se metió en el saco.
    
    Por mi parte, ...
    ... conseguí ponerlo boca abajo y sentir ese culo en mi vientre durante un buen rato. ¡Que culo mas potente!. No pensaba dejarle dormir.
    
    Inicié un mete saca, a piñón fijo, y me relajé en ese vaivén, sin tiempo. Hasta que sentí que mis párpados me pedían descanso. Entonces, me despegué y me limpié, como Chencho. Y me metí en el saco de dormir. Estaba empezando a sentir frio.
    
    Algo me despertó a las cuatro y diez de la madrugada. Y enseguida noté la ausencia de Pedro.
    
    Imaginé que habría salido a mear. Y quizás, por eso, sentí ganas de mear yo también. Me puse la sudadera y los pantalones del chándal que tenía en la bolsa y le cogí la chaqueta a Chencho, para salir.
    
    ¡joder! que frio…
    
    A la derecha vi dos siluetas, quietas, de espaldas a mi y mirando al horizonte. Y gracias a que la luna estaba llena pude verlos con claridad. Eran Justin y Pedro, que efectivamente estaban a lo suyo.
    
    Me acerqué a ellos y también me puse a lo mío. Pero, cuando terminamos, Pedro se metió en la tienda en la que estaba el tío Enrique, y James salió para meterse en la que estaba Justin, que se vino conmigo.
    
    No le dije nada. Ya sabéis que mi inglés es muy deficiente. No me atreví a decirle nada; solo le deje entrar conmigo en la tienda.
    
    El negrazo no se lo pensó mucho. Me cogió por los hombros y antes de que me diera tiempo a reaccionar me estaba comiendo los morros a sus anchas. ¡Que lengua, madre!... como se apoderó de mi, el cabrón.
    
    Me echó mano al culo y me quitó los pantalones, ...
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