1. Me enseñó los secretos para ser un buen tragador de vergas


    Fecha: 06/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: bogota_nuevo, Fuente: CuentoRelatos

    Mi fascinación por los miembros masculinos me ha llevado a desinhibirme, desde mi primer contacto con un pene hasta la fecha, mi deseo por tener uno cerca me descontrola, y es que el placer que puede producir una verga es extraordinario. Su olor inconfundible a macho, su sabor a sexo, su calor, su forma, sus venas, sus palpitaciones, etc. en fin, todo de una verga me produce excitación.
    
    Es acá donde comienza mi relato, hace dos años, decidí a través de este chat buscar un hombre maduro, preferible mayor de 50, que fuera totalmente activo y muy arrecho, yo estaba dispuesto a complacer, a dar y a recibir mucho placer. Luego de pasar la tarde morboseando con cada nuevo contacto que escribía, hubo uno con el que sentimos que las ganas nos ganaban, me conto de sus gustos especialmente por los mamadores y de las cosas que le gustaban en la cama. El, un doctor de unos 52 años de contextura ancha, velludo, de 1.80 Mts de alto aproximadamente y de piel blanca, me invito a su apto; intercambiamos la información de siempre, me dio las indicaciones y me prometió una noche de placer.
    
    Rápidamente y con los nervios que producen este tipo de encuentros, Salí en su búsqueda, tomé un taxi, le di las indicaciones al conductor y 30 minutos después estaba anunciándome en el edificio donde él vivía, tome el ascensor busque el número del apartamento y cuando llegue la puerta está entre abierta, la empuje lentamente y entre con algo de incertidumbre; de un momento a otro alguien salió de ...
    ... atrás de la puerta, me tomo de la mano con fuerza, me dio media vuelta y con determinación me hizo arrodillar, Él estaba totalmente desnudo esperándome, así que quede a la altura de su verga, estaba totalmente rasurado y pude notar realmente que era más grande que lo que la había imaginado, levante la cara y viéndolo fijamente a los ojos, note que tenía una mirada dominante y eso sumado a que su contextura era bastante grande, me daba entender lo que tenía que hacer.
    
    Con una mano me tomo de la cabeza, acerco su verga a mi boca y con voz de mando me dijo:
    
    Bueno a lo que vino, ya sabes que es lo que quiero.
    
    Era una verga de unos 19 cm, bastante ancha y con una cabezota que resaltaba sobre lo demás, sin dudarlo un segundo, acerque mis labios y le de gran un pico. La tenía hirviendo, abrí mi boca, saque mi lengua y la lamí por completo, luego me concentre en la cabeza y centímetro a centímetro fui empujando hasta donde la pude recibir y empecé el movimiento con mi cabeza, alternadamente le daba lengüetazos a sus bolas y todo su palo, la humedecía con mi saliva, y nuevamente la metía a mi boca, yo lo estaba disfrutando, nuevamente tenía una verga grande para mí. Durante mi vida ya había mamado muchas veces y hasta la fecha nunca nadie se había quejado, sin embargo, en ese momento el me cogió de la cara, me saco su verga de la boca, me puso de pie y me dijo:
    
    -¿A ver, a ver, a ver a que viniste? –me pregunto- Yo te dije lo que me gusta?
    
    Y con un todo más tranquilo ...
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