1. La dependienta del Game, el novio y yo


    Fecha: 02/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Sevillano, Fuente: CuentoRelatos

    ... me habían dicho.
    
    La zona era un aparcamiento de tierra que había casi al final de Alcalá, cerca de un puente romano que hay allí. Zona que ahora está asfaltada, pero en aquel entonces era de tierra y casi siempre embarrada.
    
    Llegué. Me bajé del coche y me puse a caminar por la acera nervioso.
    
    Ni cinco minutos después se me acercó un chico. Era algo más bajo que yo y con algún kilo más que yo también. Rubio y con señales todavía de acné juvenil en la cara. Vestía un chándal azul oscuro. Tendría la misma edad que yo calculo.
    
    -Perdona, tu eres…?
    
    - Sí, soy yo. Y tu Miguel no?
    
    -Sí, sí. Soy yo.
    
    -Y la chica?
    
    - Está aquí al lado. Te dijimos de quedar ahora porque mis padres no están en casa y la tenemos para nosotros. Así que si quieres por lo que dijimos nos ves follar.
    
    Dudé si acompañar a un desconocido o no de esa manera. Pero al final accedí. No se le veía peligroso. Se le veía hasta nervioso y cortado, y además, como digo, yo era más grande que él así que si algo salía mal siempre podría soltarle un ostia.
    
    Caminamos un par de calles pasando delante del ayuntamiento hasta llegar a un bloque de pisos. Los pisos se veían nuevos, algo que me tranquilizó. Entramos y en el portal una mujer mayor saludó al chico, algo que todavía más me relajó. No creía ya que fuera un asesino ni nada de eso o por lo menos no me veía un asesino saludando a una viejita antes de asesinarme jeje.
    
    Subimos por las escaleras, él sacó una llave y entramos en el ...
    ... piso.
    
    Durante el trayecto me había contado que era la primera vez que harían algo así, que llevaba tiempo con la chica, pero que necesitaban la pasta y que la cosa también les daba morbo.
    
    Entramos en el piso.
    
    Era un piso normal. Un pasillo largo. Justo al entrar a mano derecha la cocina. Luego un salón. Allí viendo la tele nos esperaba ella. Cuando se giró para mirarme… sorpresa!! Yo conocía esa mirada. Debo admitir que tardé unos segundos en ubicarla, pero la conocía.
    
    En aquella época yo jugaba bastante a la consola también. Y muchas veces iba a una tienda GAME que hay en un centro comercial de la propia Alcalá a cambiar mis juegos viejos. Pues bien, esa chica era dependienta allí. Es más, alguna vez me había atendido.
    
    Era rubia, con el pelo medio ondulado. Ojos castaños. Un aro dorado como piercing en el lateral de la nariz. Y también debía tener mi misma edad.
    
    Marina, recordé que se llamaba.
    
    Ella me miró. Y supe que me había reconocido y que sabía que la localidad que yo les había dicho era mentira. Sabía cuál era mi verdadera localidad y mi verdadero nombre.
    
    Ella se levantó, se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla. Llevaba puesto un pijama que consistía en una camiseta blanca con un estampado, algo entallada, y unos anchos pantalones a cuadros. No llevaba zapatillas, sólo unos gruesos calcetines rosas.
    
    -Hola, yo soy Marina.
    
    -Hola, yo soy…
    
    Mi miró a los ojos, sonrió y, en ese momento, me di cuenta que ella no diría nada sobre mis mentiras.
    
    Nos ...
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