1. Sol Naciente. Capítulo 01


    Fecha: 25/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Neuchatel, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuando vio el nombre de la persona que le llamaba: “Sr. Saavedra”, su jefe, padre de Jorge. Tratando de tranquilizarse y fingiendo casualidad, atendió la llamada:
    
    —Buenas noches Sr. Saavedra – dijo – ¿En qué puedo servirle?
    
    —Buenas noches Reynaldo – al otro lado la voz gruesa de su jefe – ¿Todo bien en la fiesta? ¿Dónde está usted?
    
    Reynaldo tragó saliva preocupado:
    
    —Sí, sí, claro, todo bien, nada fuera de lo común – nervioso – yo estoy afuera de la casa del joven Mario como usted me lo pidió.
    
    —Excelente – dijo el hombre – es que necesito que traiga a Jorge de regreso a casa ahora mismo – la sangre de Reynaldo se congeló al escuchar esas palabras – Rita ha regresado ya de su viaje y ha venido con mi suegra y esta está que se muere por ver a Jorge.
    
    —Eh… ¿Ahora mismo? – se puso de pie viendo el reloj en su muñeca, eran las 12:03 de la madrugada.
    
    —Sí, ahora mismo – afirmaba – ¿Pasa algo?
    
    —No, no jejeje nada Sr. – trataba de que no lo descubriera – es solo que hay mucha gente en la fiesta y me será difícil encontrarlo.
    
    —No importa, tómate tu tiempo.
    
    —Ok Sr., estaremos ahí lo más pronto posible.
    
    Reynaldo cortó la llamada y dirigió su mirada a su novia, que estaba también viéndolo:
    
    —Mi amor… eh… disculpa yo… – intentaba justificarse.
    
    —Descuida mi amor – se levantaba y lo abrazaba tiernamente – con que hayas venido a verme ha sido suficiente regalo de cumpleaños para mí – lo besaba en los labios.
    
    —Gracias por comprenderme Tati – respondía ...
    ... a su beso – te prometo que el domingo pasaremos juntos todo el día.
    
    Se volvieron a besar como despedida de esa noche y Reynaldo salió de la casa hacia la calle, donde había estacionado la camioneta. Tomó su celular y marcó a Jorge para avisarle que iría por él en ese instante; el celular timbró una vez, dos veces, tres veces… y no le contestaba. Lo volvió a intentar, pero era inútil, no respondía. “De seguro no lo escucha por la música” pensó Reynaldo. Llamó esta vez a Mario, tal vez lo podía contactar por medio de él, pero fue en vano, tampoco respondió. Entró a la camioneta y la puso en marcha en dirección a la residencial donde se estaba llevando a cabo la fiesta.
    
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    Buscando un poco más de privacidad y satisfacer sus deseos, Jorge y Diego se habían retirado de donde habían estado comiéndose insaciablemente a besos. Mario los había visto entrar a la cocina tomados de la mano y supuso cuales eran sus intenciones, les hizo de señas con la mano que subieran por las escaleras y doblaran a la izquierda; los chicos solo rieron y atendieron a la indicación del anfitrión de la fiesta. En menos de lo que se imaginaron ya estaban en un pasillo oscuro, besándose frente a la puerta de la ya muy conocida por Jorge, habitación de Mario. Jorge desde hace mucho rato no era el mismo que todos conocían, su timidez y nerviosismo habían desaparecido por completo, había tomado seguridad en sí mismo y se desenvolvía sin pudor ni temor alguno. Diego estaba encantado con la actitud de ...
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