1. Amor tuyo


    Fecha: 17/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: RicardEscorpion, Fuente: CuentoRelatos

    ... y besaron sus labios, una hibridación del deseo carnal y espiritual. El abultado miembro bajo sus pantalones rozó la pelvis de ella. Se estremecieron, enredando aún más sus lenguas. Ahora habían realizado el sueño secreto que irracional, siempre irracional habían mantenido desde el mismo día en que uno supo del otro. Todo cuanto habían imaginado por fin era una realidad incuestionable. Por fin podían olerse, podían tocarse, podían morderse, podían simplemente amarse… Sus manos se deslizaban por sus cuerpos sin reproches mutuos. Sus lenguas eran una sola. Sus respiraciones eran una suerte de música celestial que acompañaba al resto de sus actos. Ella le aflojaba el nudo de la corbata mientras él buscaba afanosamente cualquier cremallera o botón susceptible de ser desabrochado. La americana de él cayó al suelo. La chaqueta de ella también. Las manos de él estaban sobre los pechos de ella, oprimiéndolos suavemente, descubriendo por primera vez todo aquello que había alimentado tantas noches de soledad. Las manos de ella estaban en el cuello de él. Tocando su piel, su pelo, sus orejas, cogiendo su cabeza y girándola un poco para poder meter aún más su lengua. Las ropas comenzaban a caer al suelo sin orden. Las pieles comenzaban a quedar al descubierto. Texturas y olores. El hundía su cabeza en los pechos de ella mientras ella olía el suave perfume de la nuca de su amante. El hombre abrió la boca y se introdujo uno de los pezones de la mujer en la boca para chuparlo suavemente, ...
    ... con la avaricia del que no quiere desperdiciar ni uno solo de los segundos que le restan por vivir. Un escalofrío recorrió la espalda de ella. Hacía frío. Hacía calor. Estaba feliz, pero tenía miedo. Todo era demasiado nuevo, demasiado deseable. Tenían todo el tiempo del mundo para amarse, pero el espacio era limitado. Limitado por las cuatro paredes de la habitación, y las otras cuatro del baño.
    
    Los dos estaban completamente desnudos, uno frente al otro. Sus manos eran incansables viajeras, turistas del cuerpo ajeno. La erección de él era ya imposible de ocultar, y rozaba el cuerpo de su actual dueña en cuerpo y alma. Hacían de todo, los movimientos, las posturas, eran infinitas...pero siempre sin dejar de besarse. Era una nueva sensación recién descubierta y demasiado esperada, como para no querer perder ni un segundo. Ella se arrodilló frente a él y acarició suave pero firme, el grueso pene de su hombre. Acercó su cara, lentamente, hasta que ella pudo notar su fragancia y él su aliento. Siguió sus interminables caricias mientras él la miraba, no podía apartar sus ojos de ella. Hubo un momento en que ella hizo amago de derretir con su boca la hinchada cabeza de su miembro y él se estremeció. Pero para hacerle sufrir, en el sentido cariñoso de la palabra, no lo hizo y se apartó aún más, cogiéndolo de la mano y llevándole a la cama. Él se tumbó boca arriba, y ella se aproximó sutilmente. Volvió a acariciar cuidadosamente aquel manjar que minutos después se convertiría en el ...