1. Amor tuyo


    Fecha: 17/08/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: RicardEscorpion, Fuente: CuentoRelatos

    Hace exactamente un año y un mes, dos desconocidos se conocían escondidos tras una pantalla de ordenador. No vale la pena mencionar sus nombres, tan sólo decir que él era un hombre a 600 km de una mujer.
    
    Pasaron doce meses, luego uno más, y ambos decidieron mirarse a los ojos tras haber compartido largas horas de charla. Por suerte la tecnología avanza rápidamente, y habían podido verse en movimiento en vídeos de no más de 30 segundos.
    
    Él quería olerla, ella soñaba con tenerle cerca. Era un deseo irracional por parte de los dos, que aún hoy siguen sin comprender. Amar y desear a una persona a la cual no se conoce...
    
    El sitio elegido quedaba a mitad de camino, 300 km para él, 300 para ella. En esta historia no hay nombres, sólo realidades; el punto de encuentro era una ciudad tranquila, y un hotel en pleno centro.
    
    Habitación 305. 22.00 h. Te espero a oscuras, amor mío...
    
    Fue el mensaje que ella recibió en su móvil sobre las siete de la tarde. Aún quedaban tres horas así que se dedicó a dar vueltas por la ciudad, comió una ensalada en un bar y compró una caja de condones, se tomó una cerveza y fumó un paquete de cigarrillos uno tras otro. El sol comenzaba a desaparecer. La mujer miró su reloj, faltaba poco más de media hora y según una mujer a la que había preguntado, el hotel estaba a apenas cuatro calles en dirección norte. Comenzó a caminar con paso decidido. Le temblaban las piernas. Le temblaba el alma. Hubiese querido darse la vuelta y salir corriendo, ...
    ... pero no lo hizo. No era capaz. De improviso comenzó a llover, primero una fina lluvia que después se convirtió en gruesas gotas que el viento llevaba de un lado a otro. Y como siempre que viajas, nunca llevas paraguas. Cuando llegó al hotel estaba completamente empapada. Había escogido la ropa con cuidado, se había comprado unos zapatos nuevos, su peinado… todo se había echado a perder en apenas unos minutos. En la puerta del hotel dudó si entrar o no. Al otro lado de la calle pudo ver unos grandes almacenes. Siempre podía entrar allí y comprarse algo de ropa, pero no quería hacer esperar a su conocido desconocido. Se encogió de hombros y entró en el hotel con el corazón encogido. Se dirigió al tercer piso caminando lentamente, como si al retrasar los pasos diese tiempo a que se secasen todas sus ropas. Cuando llegó delante de la puerta se detuvo por unos segundos. Nada deseaba más que dar dos golpes y ver al hombre que durante tanto tiempo había soñado, olerle, tocarle, comerle… Miró sus ropas, estaban todavía mojadas.
    
    Las finas gotas de agua que posteriormente fueron gruesas e interminables, desembocaron en una tormenta. Se produjo un apagón en el hotel. Todo a oscuras a kilómetros de distancia. Tan solo las luces de emergencia alumbraban su silueta femenina. El pelo empapado, los zapatos negros de charol marcados por las gotas, y la pintura negra de los ojos resbalando por sus mejillas. Al fin y al cabo, él la esperaba a oscuras, y no podría apreciar las diferencias ...
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