1. La mejor cogida de mi vida.


    Fecha: 15/08/2019, Categorías: Gays Autor: javji, Fuente: RelatosEróticos

    ... mientras esperábamos, yo lo acariciaba, también sin poderlo creer que mi hombre tenía el pecho velludo, observaba entre las sombras su rostro, su cuerpo, ¡no podía resistirme las ganas de tener sexo con él!
    
    ¡Por fin entramos! cerré la puerta del cuarto, acomodé la cortina de la ventana por donde antes él observaba para que nadie viera a mi hombre teniendo sexo conmigo y rápidamente se quitó su camisa, cuando miré sus brazos ya sin camisa quedé fascinado: percibí que los vellos cubrían todo su antebrazo, no me resistí y los acaricié desde la muñeca hasta sus codos, cuando subí otro poco más, pude percatarme que los vellos también se extendían en la parte posterior, llegando al hombro. También pude ver que sus biceps se contraían formando unos hombros preciosos.
    
    En el momento que yo analizaba los brazos que me iban a sujetar, mi hombre se sacó sus pantalones, boxer y zapatos. Sus piernas, al igual que los antebrazos, estaban cubiertas por una fina y exquisita capa de vellos, pasando por sus rodillas y hasta los pies.
    
    Él se acostó en una especie de colchón forrado de rojo, con las manos en la nuca, y las rodillas descansando en el pretil de la cama, me dijo que me desnudara. Fui temeroso de la propuesta, ya que no pensé en llegar hasta ese punto, pensé que lo nuestro sería una penetración con la ropa puesta, en la posición de “los dos pilares”(como muchas otras en ese lugar). No me sentía seguro de desnudarme ¿y si entraba alguien más en ese momento? ¿y si escondían ...
    ... mi ropa o se la llevaban? ¿ y qué de los observadores de la ventana que habían corrido nuevamente la cortina que yo había puesto en su lugar para poder ver?
    
    Lo observé y me acosté a su lado, le besé el cuello, pasé mi lengua por sus pezones, su abdomen, hasta llegar a la espiga más cautivadora de la noche y la mordí suavemente, de un lado de mi boca se quedaron el tronco y los huevos, del otro su bellota.
    
    No pude contenerme más y me saqué mi chaleco y camisa, corrí a abrazarlo después, fue un abrazo cálido y erótico. La sensación de sentir sus brazos fuertes y seductores en mi espalda, me obligó a sentarme sobre él, de frente y besar su boca nuevamente. Acomodé su verga y quise que me penetrara.
    
    -Quítate tu pantalón, estaremos más cómodos.
    
    Me levanté de la cama, saqué los tenis de mis pies, después mi pantalón con todo y boxer y corrí rápidamente hacia él para colocarle un condón.
    
    -¿ya quieres que te penetre? ¿tan rápido?
    
    Sentir su cuerpo desnudo rosando el mío, hizo que no pudiera esperar más. En un movimiento sujeté su pene y lo dirigí hacia el inicio de mi ano, lo podía sentir duro, suave, esponjoso y muy grande. Sin ningún temor, hice que de una sola sentada mi culo lo tragara completamente hasta desaparecer.
    
    Él continuaba recostado en el colchón, yo lo montaba y dentro de mí había una revolución de sensaciones y placer incomparables, el ritmo y la profundidad la controlaba yo, en momentos mi hombre empujaba su cuerpo, y yo sentía que mi culo quería ...