1. Los dos chavales de la sesión golfa (y 5)


    Fecha: 14/08/2019, Categorías: Gays Autor: hector.richvoldsen, Fuente: SexoSinTabues

    ... también tenía ganas de romper el suyo. Cuando fui a ponerle en posición, dijo que valía, pero que él me follaría primero. Levanté las piernas y le dejé que marcara el ritmo. A fin de cuentas, ya me había demostrado que sabía hacerlo, y tenía ganas de disfrutar con sus embestidas. Se untó un poco de la mantequilla del desayuno en el rabo, y me la metió con cuidado de no hacerme daño, y preguntándome varias veces si me dolía. Su cambio de actitud era increíble, pese a que seguía actuando impulsivamente, era capaz de demostrar algo de ternura, lo cual terminó de conquistarme. Iba más despacio que el otro día, pero tardó algo menos en correrse (o quizá la otra vez se me hizo más largo). Le pedí que me la sacara y así lo hizo, echándome su leche sobre el abdomen. Se sentó junto a mí para reponer fuerzas, lo cual aproveché para besarle de nuevo, esta vez con más calma. Creo que me gustan más los labios de Álvaro y su piercing, pero Mario tampoco besa nada mal. No podía evitar pensar en él, pues de nuevo estaba traicionándole, liándome con su chico en lugar de hacer lo que había venido a hacer, convencerle para que salieran juntos. Dejé de torturarme y pasé de nuevo a la acción. Tumbé a Mario boca abajo, le abrí un poco las piernas y comencé a lamerle la raja del culo, primero centrándome en los huevos y luego en la entrada de su ano. Tenía algo de vello en esa zona, pero no lo suficiente como para resultar molesto. Parecía gustarle, pues aunque no emitía ningún sonido, comprobé que ...
    ... estaba volviendo a ponérsele tiesa. Cogí un poco de mantequilla, y tras extendérsela en el ojete, le metí un par de dedos para que se empezara a dilatar. No entraron con mucha dificultad, y no tardé mucho en meter un tercero. Mario empezó a gemir discretamente, y se echó mano a la polla con la intención de masturbarse mientras le comía el culo, pero le dije que se estuviera quieto. Viendo como disfrutaba con aquello, no iba a ser demasiado difícil hacer que se corriera sin tocarse la polla. Conmigo lo habían logrado un par de veces, y se había juntado que estaba excitadísimo con un ritmo bastante relajado pero constante. Es algo complicado de explicar, pero en la práctica no lo es tanto. Haciendo un poco de esfuerzo, conseguí penetrar con cuidado a Mario. Le molestaba bastante, y aunque estuve tentado de ponerme a empujar como un poseso y devolverle la jugada, no fui capaz y me estuve moviendo muy despacio hasta que se dejó de molestarle. Empecé a moverme cada vez más deprisa, y pronto volvió a gemir como cuando le penetraba con mis dedos. Tenía el culo muy apretado y paraba de vez en cuando para no correrme a las primeras de cambio. Estaba muy cachondo, pero quería que se corriera él primero. Le acaricié los huevos para estimularle un poco más, y me pidió que cambiáramos de postura, pues comenzaba a cansarse de estar a cuatro patas. Me senté en el sofá y él se sentó sobre mí con cuidado de no hacerse daño, pues ahora la penetración era más profunda y era él quien llevaba la ...