1. La fascinación de travestirme y sentirme mujer (Parte 1)


    Fecha: 14/08/2019, Categorías: Hetero Autor: Carl, Fuente: CuentoRelatos

    ... mogollón de leche en una postura imposible pero reconfortante al recibir mis chorros por la cara y boca. Soñé que ramón entraba a hurtadillas a mi habitación y me abusaba con rudeza hasta dejarme preñada, desperté con el tarugo tieso y antes de salir a la facultad me lo repasé para catar mi crema dulce de putita encabronada.
    
    Volví a casa antes, lo tenía decidido. Me pelé las tres últimas clases y a las once empecé a travestirme después de lavar mis entrañas y ducharme. Ramón estaba en casa y para darme a notar dejé las cortinas sin correr y me paseé sensual por mi cuarto. Cuando lo tuve a tiro le hice un gesto con el dedo de que se llegara hasta mi piso pues presentí que estaba a punto de sacarse la chorra y desperdiciar ese exquisito néctar en un pajote a mi salud. Ramón cerró su ventana y escuché el eco de que cerraba su puerta. Llamó al timbre y presurosa, trastabillando sobre unos tacones aguja de charol caminé presurosa al encuentro con mi amado.
    
    Tanguita, mallas con lazos y liguero a conjunto de encaje negro, tacones de charol negro con correa, faldita escocesa de tablones mostrando muslo y un top ajustadito dejando desnudo mi vientre. Descalza mido 178 cm. Ramón es apenas cinco centímetros más bajo que yo. Peso 48 kilos, soy bastante delgadita pero culona, ramón es de complexión fuerte, fibrado, musculoso, bello, uff!!!...
    
    El celo del macho verdadero es evidente por el aroma que suelta su piel. Ramón olía a sexo. Qué hermoso lo vi, era un adonis, mi ...
    ... príncipe soñado, el hombre que sin tenerme me violó la noche anterior. Fue como si el amor se acabara de inventar y como si ya hubiésemos tenido intimidad antes. Lo abracé y sus fornidos brazos me amarraron a su humanidad viril, me agarró por los muslos y levantándome entrecrucé mis delicadas piernas a su trasero y nos fundimos en febril morreo que me supo a éxtasis. Su lengua recorría lo más profundo de mi cavidad y saboreé el elixir espeso que me traspasaba mientras me magreaba el culo y con sus dedos hurgaba mi razón femenina. Ramón reventaba su entrepierna y como buena anfitriona tras ponerme con delicadeza en el suelo me arrodillé ante su majestuosidad y ansiosa me lie en el puto cinturón y en los broches de sus vaqueros.
    
    El brinco que dio su tranca fue magnífico. Mis gestos lo decían todo. Estaba deshaciéndome en jugos y deliraba al ver tremendo manjar ofrecido. Lamí un glande hinchadísimo, una seta enorme enrojecida que con preseminal me supo a dulce. Así sus testículos tales como dos pelotas de tenis, gordas y algo colgadas, los chupé y sin dejar de masturbarlo me metí los dos en la boca. Ramón flipó y con gemidos acelerados me indicó que marchase por otros rumbos. Repasé con mi lengua el falo interminable, movía la cabeza de un lado al otro, subí hasta su capullo y haciendo alarde de una amplia cavidad engullí la verga hasta hacerla tocar la campanilla. Me dieron arcadas y babeé pero no me detuve. Temí que si continuaba con mi labor oral mi amante descargase su esperma ...