1. La habitacion de mi novia


    Fecha: 07/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... tomaron las dos primeras, ahora le toca a Nina.
    
    Ella vino hacia mí y se lanzo sobre mi falo con avidez y desesperación.
    
    Hace meses que estoy loca por meterme tu tranca, primero en la boca y luego por cuanto agujero quieras metérmela. Te la voy a chupar hasta no dejarte ni una gota de leche. Pero no te voy a soltar hasta que no me la eches en mi vagina y en mi culon, no te gusta este culo grandote que tengo?
    
    Comenzó a lamerme la pinga despacio metiéndose poco a poco la cabeza dentro de la boca y tragándosela despacio hasta que sus labios me tocaba los pendejos, ya tenia la cabeza en el fondo de su garganta, aun así abrió mas la boca y sentí como me apretaba la pinga con la traquea. ¡Que garganta más divina! Era como si me estuviera cogiendo un bollo bien grande, lo que yo no sabia era todo lo grande que tenía en realidad el bollo, la rubia Nina. Ella no podía hablar porque estaba atragantada, de tanta carne que tenia adentro de su boca y seguía halando con desespero. No me dio tiempo a avisarle y me vine disparándole mí batido todo dentro de la boca, se trago un poco, pero lo que no pudo tragar se le salía por las comisuras de los labios y se lo limpio con la lengua luego de sacarse mi pinga de la boca.
    
    ¡Uhff! Que morcilla tan rica me acabo de comer, y con jugo de pinga espesito. Ahora bésame la concha que la tengo encharcada.
    
    Le abrí la concha con dos dedos y comencé a sorber sus jugos que olían a albaricoques maduros. Su clítoris estaba erecto, loco porque ...
    ... lo chuparan. Cuando lo cogí en los labios, Nina dio un brinco y me pidió que le mamara el culo que ella se iba a masturbar el clítoris. Así lo hice hasta que no pude resistir más el deseo de penetrar aquella chocha rubia y carnosa. Ella se subió encima de mí, de frente y cogió mi tallo con la mano derecha llevándolo a la entrada de su caverna, mientras se metía el dedo índice de la mano izquierda en el hoyo del culo que ya estaba bien dilatado por mi lengua. Comenzó a cabalgarme despacio y movía sus caderas como un péndulo, mi pinga entraba y salía con facilidad y me inundaba de su leche. Así me estuvo singando como tres minutos, hasta que yo le comencé a meter también dos dedos por el bollo. Ahí me grito dale que me vengo y échame leche en el bollo que estoy loca por preñarme de ti. A la vez que ella largue una leche más caliente y espesa que toda la que había soltado anteriormente y tanta cantidad que le corría por los labios y le lubricaba el ojo del culo que estaba abierto a más no poder.
    
    No pares. Enculame enseguida, que estoy loca por sentirte en mi intestino.
    
    Se dio la vuelta arriba de mí, y coloco el agujero que se abría y cerraba como si estuviera respirando encima de mi pinga que no se había calmado. Con su propio peso fue deslizando mi carne dentro de ella, poco a poco para que yo lo pudiera ver entrando. Cuando lo tenía hasta la mitad se dejo caer completamente con lo que el tallo se le fue hasta lo último y chillo como una chiva cuando la cabeza le llego al ...