1. La habitacion de mi novia


    Fecha: 07/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    La habitación de mi novia
    
    En la habitación de Mira vivían otras tres muchachas, cada una de distinta nacionalidad. Natasha Lee era coreana. Era delgada, con unos pechos pequeños en relación con sus piernas, que no parecían ser de una flaca, al igual que sus caderas que eran anchas y con nalgas bastante lisas. Natasha tenía los ojos más rasgados que Mira y, sin embargo, el conjunto no estaba del todo mal. Era muy seria y era la mejor amiga de mi novia. La rusa era Nina. Esta estaba maciza. Por donde quiera que la miraras aquello era carne, pero carne de oso. Era rubia, con el cabello corto y la nariz algo larga. Los labios eran carnosos y su boca bastante grande. Sus senos al parecer intocados eran provocativos, pero lo más llamativo en ella era el culo. Alguna que otra vez yo se lo había rozado con la mano (sin mala intención) y se sentía sólido e intocado. Tenia que ser una maravilla poder abrir aquellas nalgas acabaditas de salir de la ducha y buscar su ojal dentro de tanta carne. Pero la mejor era Ruzhena, una tártara de pelo ensortijado y negro, con una cara de ángel y labios carnosos en una boquita pequeña y sensual. Por encima de su ropa se notaban unas tetas enormes como toronjas pero erectas y me imaginaba aquellos pezones rosados y grandes en la punta de aquellas pelotas, que si fuera hoy hubiera jurado que eran de silicona. Además, Ruzhena tenía una sombrita de vello junto a las orejas que denotaba que era la más peludita de las cuatro. Siempre hablaba bajito ...
    ... con voz de niña mimada y yo me divertía tratando de imaginarme como serian sus nalgas torneaditas al igual que sus senos.
    
    En aquella habitación yo era el único novio. Yo estaba con Mira la kirguiza, que tenia también un cuerpo muy bello excepto las tetas que eran muy pequeñas, pero lo compensaba con un inmenso culo, que nunca había podido coger, y un bollito peladito con pequeños labios y estrechito, del cual yo había sido el único dueño.
    
    Todas sabían que Mira y yo cogíamos todas las noches en su pequeña camita, y en un silencio que a veces era muy difícil de mantener. En varias ocasiones yo había podido sorprender a Nina espiándonos cuando estábamos clavados. Y sentía que ella empezaba a masturbarse lentamente, probablemente pasándose la mano recta a lo largo de su chocha, hacia arriba y hacia abajo hasta que su juguitos comenzaban a salirle y sentía los espasmos de su venida. Yo pensaba que era la única que lo hacia.
    
    Pero en una ocasión yo llegue a la habitación como a las tres de la tarde, suponiendo que todas estaban en clase. Abrí con mi llave y entre de forma brusca, cuando miro a mi izquierda, entre el escaparate y la pared estaba Ruzhena desnuda de la cintura hacia arriba, secándose el pelo con la toalla. Aquellas tetas eran mejores de lo que yo había imaginado. Rápidamente se cubrió con la toalla pero yo le dije:
    
    Ya te vi., así que confirme todo lo que me he imaginado de tus tetas. Son realmente magnificas. Sueño con besártelas si tu me dejas.
    
    No seas ...
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