1. Laura y su Sobrino (1 de 2)


    Fecha: 04/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Jacqueline, Fuente: CuentoRelatos

    ... vez más entusiasmada. Me la saqué de la boca, se la pegué contra el vientre y le comí las bolas, una a una, delicadamente, pasándole la lengua primero y metiéndomelas de a una después. Las tenía duras, rebosantes de leche, aunque hacía apenas unos minutos había descargado una buena cantidad. Era un chico maravilloso. Se la mamé un rato más, como premio. Se lo merecía. Le di suaves chuponcitos y mordisquitos en la cabeza y me la comí entera, pegando mi nariz contra su vientre.
    
    Rodrigo me tomó por las axilas y me hizo subir, para apoyarme sentada en el borde de una mesa. Se arrodilló él ahora, subió mi falda, tiró de mis bragas hacia abajo y clavó su boca en mi vagina. Lancé un bramido de placer cuando me metió la lengua. Junto con su lengua me metió también dos dedos, y yo a mi vez me metí otros dos. Él pareció sorprenderse, se alejó un poco con los labios brillantes de mis jugos y me susurró:
    
    -Ábretela bien.
    
    Separé los labios mayores y metí los dedos índice y mayor de cada mano en mi concha, y la abrí todo lo que pude como me ordenaba.
    
    -Me enloquece ver tu agujero así de abierto tía -me dijo él con un suspiro- Creí que me gustaban las vaginas estrechas pero esta concha tuya es increíble. Mantenla así.
    
    Se puso entonces de pie, sujetando otra vez su verga como una lanza, y me la enterró con un solo movimiento. Sentí la cabeza y el tronco deslizarse dentro de mí hasta hacer tope en el útero. Sólo sus pelotas quedaron afuera. Lancé otro bramido. Mi sobrino me ...
    ... sujetó por las caderas, me clavó los dientes en las tetas y empezó a empujar con toda su potencia, metiéndome y sacándome su pedazo de carne dura sin piedad. A cada empellón se me escapaba un grito. Me estaba culeando sin piedad, la sentía llegar a fondo, salirse casi por completo y clavarse otra vez. Tuve la fantasía de que me llenaría de leche y me dejaría preñada.
    
    Rodrigo suavizó un poco sus empujones para no venirse. Yo para entonces tenía una cadena de orgasmos ininterrumpida, mis jugos me llegaban hasta los muslos y escuchaba el chas, chas, chas, de su verga clavándose en mi concha inundada.
    
    Hubiera querido tirarlo al piso y montarlo, cabalgar sobre él con todas mis fuerzas, pero justo en ese momento lanzó su densa descarga dentro de mí. Lo hizo dando un alarido, clavándome su verga bien adentro. Sentí toda su leche caliente inundándome y volví a tener un orgasmo.
    
    Se retiró de a poco, y me dijo "tócate". Obedecí. Llevé una mano a mi concha donde sus abundantes jugos se mezclaban con los míos. Tenía en los dedos una buena cantidad de una mezcla viscosa, casi transparente; ante su atenta mirada, me metí los dedos en la boca y me lo comí todo.
    
    Nos bañamos juntos. Bajo la ducha le hice otra mamada, muy tierna, larga, mirándolo a los ojos, y dejé que se viniera en mi boca. Pude saborear su leche, se la mostré en mi lengua antes de tragarla.
    
    Cuando mi marido y mi hija regresaron del cine, Rodrigo seguía en su cuarto simulando estar enfermo y yo tenía casi lista la ...