1. Laura y su Sobrino (1 de 2)


    Fecha: 04/08/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Jacqueline, Fuente: CuentoRelatos

    Mi hermano regresó a casa después de vivir cuatro años en el extranjero. Fue una alegría reencontrarme con él y con mi sobrino, que acababa de cumplir 18 años y ya era todo un hombre. Yo tengo 44, estoy casada, tengo una niña de 17 y por un momento pensé que tendría que cuidar a los chicos, porque ya se sabe que entre primos suelen suceder ciertas cosas... Lo que nunca imaginé fue que mi sobrino se interesara en mí y no en mi hija.
    
    Mi hermano Alberto, su esposa Susana y su hijo Rodrigo se quedaron un tiempo en mi casa hasta comprar una nueva para ellos. Fue el último verano, y pasábamos largas tardes en la piscina. En esos días descubrí que mi sobrino me miraba de una manera muy especial. Al principio creí que era sólo mi imaginación, pero terminé convencida de que no me sacaba los ojos de encima porque yo le atraía.
    
    Para una mujer de mi edad, ser la atracción de un joven tan guapo como Rodrigo no es poca cosa. Una a veces cree que ya no puede seducir a nadie, y no es así. De manera que empecé a prestar atención a sus miradas, y en cierto modo me divertía provocarlo (también me excitaba hacerlo, pero al principio no era muy consciente de ello). Todo esto sin que ni mi marido ni mi hermano se enteraran, era una especie de secreto que sólo mi sobrino y yo conocíamos, aunque no hubiéramos hablado del asunto.
    
    Hacía mucho calor, pasábamos el tiempo en la piscina, así que Susana y yo estábamos casi siempre en bikini listas para tirarnos al agua. A la noche me quitaba la ...
    ... parte superior del bikini y me ponía una blusa liviana que se transparentaba un poco, con un escote profundo. Disfrutaba viendo a Rodrigo que espiaba hacia mis pechos que se movían suaves, libres, y estoy segura que adivinaba mis pezones largos y oscuros marcando la tela.
    
    Otras veces yo me ponía una falda corta hasta la mitad de los muslos y me sentaba enfrente de él con las piernas ligeramente abiertas para que viera mis calzones. Durante la cena, cuando yo me ocupaba de la mesa llevando platos de aquí para allá, buscaba la ocasión para apoyarle mis pechos en la espalda (él sentado, esperando que yo le sirviera su plato). El chico estaba cada vez más entusiasmado, le costaba ocultarlo y empecé a temer que hiciera una locura de modo que dejé de provocarlo por un tiempo.
    
    Entonces una tarde sucedió algo que yo no me propuse. Estábamos jugando en la piscina, tirándonos al agua. En una de esas veces que me lancé al agua, se me quitó por accidente la parte superior del bikini y me quedó enredada en el cuello. Cuando salí del agua, sin darme cuenta, tenía los pechos al aire.
    
    En ese momento sólo Rodrigo y yo estábamos en la piscina. Él no podía quitar los ojos de mis senos y yo, con toda la paciencia del mundo, sin dejar de mirar a mi sobrino, volví a colocarme el bikini. Luego me arrojé otra vez al agua, como si nada. Se me pusieron los pezones durísimos por la excitación.
    
    Rodrigo me devolvió la jugada en forma descarada. Al día siguiente estábamos otra vez solos en la ...
«1234...»