1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (27)


    Fecha: 31/08/2017, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... tenía pero había que hacerle un sitio.
    
    Elevé el culito sacando un poco la verga de Pablo para que le fuera más fácil, su durísimo miembro punteaba en mi ano intentando apartar la verga que lo ocupaba para entrar, sin conseguirlo a pesar de que apretaba muy fuerte hasta que la verga se le doblaba, la polla de Pablo ocupaba todo el espacio.
    
    -Te voy a hacer dañó gatito, no quiero lastimarte.
    
    -No, Álvaro deseo que me la metas, los dos a la vez, mis dos machos dándome la verga, sentiros a los dos mi vida, dame una crema y mete primero los dedos, ya he tenido dos vergas en mi culo y puedo con las vuestras.
    
    Después de mucho trabajarme el ano a Pablo se le relajó un poco su miembro, y entonces Álvaro consiguió empezar la penetración. Creía que me volvería a romper el culo, pero lo fue haciendo lentamente dejando que mi cuerpo lo aceptara hasta que tuve las dos vergas en mi interior.
    
    La cogida no podía ser tan profunda como cuando me la metía uno solo, sobre todo la de Pablo que era más larga, pero mi culo reventaba por el grosor de las dos vergas ajustadas hasta extremos increíbles.
    
    -Estoy dentro de ti gatito, ¿te hago daño? -me besaba la espalda con inmenso cariño para calmarme.
    
    -Estoy bien, pero espera un momento sin moverte. -poco a poco mis esfínteres se iban haciendo al volumen que los forzaban y no sentía dolores insoportables, mi culito se había curado totalmente de la violación que me hicieron.
    
    Pablo me besó la boca tirando ligeramente de mi para que ...
    ... me subiera sobre su pecho y dejarle mejor espacio para moverse.
    
    -Siento la verga de Álvaro junto con la mía dentro de tu culito precioso, me encanta como me oprime. -era cierto y lo notaba por como se le endurecía el miembro volviendo a su dura consistencia.
    
    Álvaro comenzó a salir para volver a meterse y sentí cierto placer.
    
    -Me gusta Álvaro, puedes moverte mi vida. -al cabo de unos segundos suspiraba y gemía emparedado, envuelto en el cuerpo de mis dos machos que me follaban intentando sincronizar las entradas y salidas de sus vergas.
    
    -¡Ayyy! bien, bien, que rico mis amores, os quiero, darme duro por el culito, darme fuerte. -y ellos atendían mis súplicas entrando a veces los dos y saliendo, y otras cuando uno me la metía el otro la sacaba en un va y ven que me estremecía de placer y de deseo.
    
    -Culito rico el de nuestro gatito, dale tu yo me paro un poco. -Pablo atendía lo que su amigo le pedía y nosotros nos elevamos un poco para permitirle que subiera las caderas buscando una mayor penetración.
    
    -Me encanta sentir tu polla rozando la mía y las dos calentitas en el culito de nuestro gatito. -a ellos les gustaba la situación y yo era el que mejor estaba con las pollas de aquellos dos machos, mis sementales, queriendo preñar a su hembra sin sentir celos, solamente el amor y la necesidad de sentir rozarse nuestros cuerpos.
    
    Pasaron minutos de disfrute pleno para los tres, con intervalos de descanso para que se repusieran o se turnaran en realizar su trabajo ...
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