1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (27)


    Fecha: 31/08/2017, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... que para mi no me gustaban.
    
    Desayunamos de bouffe, yo café con leche, zumo, y un bollo de mantequilla, ellos comieron como si no lo hubieran hecho en días. Markel, el muchacho que encontramos a la noche, llamó al móvil de Pablo, quería saber si podíamos comer con él y su hermana. Le contó nuestros planes y estuvo de acuerdo porque su hermana Lorea deseaba volver a visitar el acuario, y quedaron en que nos veríamos en la puerta.
    
    Teníamos que ir al extremo del paseo donde se encontraba, no estaba alejado y podíamos ir dando un paseo, viendo el espectáculo de la playa nevada con la bahía y su pequeña isla en el centro, no pudimos resistir la tentación de bajar del paseo a la arena, y Pablo empezó una guerra de bolas de nieve, donde yo resultaba la diana perfecta donde impactaban. Nos estábamos mojando y terminamos por subir al paseo para hacer el último tramo por la acera que habían limpiado retirando la nieve y esparcido sal.
    
    Lorea y Markel nos esperaban en la puerta de acceso como habían quedado, y ya tenían adquiridas las entradas para los cinco, guardábamos un buen recuerdo de la noche y nos abrazamos sin reparos.
    
    El acuario me encantó, resultaba impresionante pasear bajo la bóveda de cristal, con los peces sobre nuestras cabezas y a los costados, a lo largo de un pasadizo acristalado que nos envolvía como si estuviéramos inmersos en las profundidades del mar. Algunas personas de mantenimiento estaban sumergidas haciendo sus labores de limpieza, conviviendo en ...
    ... el líquido elemento con los pulpos gigantescos y los miles de diferentes animales marinos, y dando de comer a los tiburones toro como si fuera normal y no corrieran peligro alguno.
    
    Disfruté como un chiquillo mirando cada detalle, admirándome de ver peces desconocidos y cada piedra del simulado fondo marino, deseando que la visita se alargara, era una maravilla que me dejaba admirado y tenían que tirarme de la mano para llevarme hacía adelante. A Pablo le sucedía lo mismo, no así a Álvaro y a nuestros amigos que ya lo conocían. Además del acuario tenían un pequeño museo marítimo con el esqueleto de una ballena y restos de barcos balleneros que también nos entusiasmaron.
    
    Me dolía el cuello de tenerlo forzado mirando hacia arriba cuando abandonamos las instalaciones del museo oceanográfico y el acuario. Era la hora de comer, habíamos pasado más de dos horas en la visita. Nos desplazábamos al barrio viejo, muy cercano, para buscar un restaurante donde nos dieran de comer y cogí la mano de Álvaro.
    
    -¡Gracias por todo! -mi hermoso chico se me quedó mirando con una maravillosa sonrisa y me abrazó besándome los labios delante de todo el que quiso verlo.
    
    Reservaron una mesa para los cinco y salimos a pasear observando el ambiente, y para tomar un aperitivo antes de comer, ya comenzaba a sentir hambre, no habíamos vuelto a ingerir comida desde el desayuno. Las calles y bares estaban muy frecuentadas pero no era como la noche pasada.
    
    Al colocarnos en la mesa Markel se sentó ...
«1234...9»