1. Doña Rocío, la sirvienta. Séptima parte y final.


    Fecha: 02/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Autor: Sensual1972, Fuente: xHamster

    ... cortina, se dispuso a coger la escoba para acabar de barrer.- No me vas a dar un pequeño abrazo y un beso tras tantos días sin verte.- Pero si apenas ha sido una semana.- Nueve días para ser exactos entre el permiso que te dio mi madre y los de Semana Santa.- Ni que te hubiera m*****ado que haya tenido un descanso.- No, perdona, Rocío. Me he alegrado mucho que tuvieras unos días para ti y los hayas disfrutado mucho, pero solo quería decirte que te he echado de menos.- Muchas gracias, Javier. Pero ya te he dicho que no te puedes colar por mí. Podría ser tu madre, y tú tienes que ir con chicas de tu edad.- No me malinterpretes, pero que te tenga un cariño especial, hace que me guste verte y hablar contigo. Y si puedo hacerte feliz por un momento, yo soy el hombre más feliz del mundo también.- Mira que eres zalamero. Anda, y corre a vestir.- ¿No me vas a dar un abracito y un beso?- Mira, que luego acabamos como otras veces. Y tendrás que estudiar, que es muy tarde.- Pero si no tengo clases esta semana. Jo, venga, dame un abrazo.- Bueno, pero pórtate bien. - Me dijo con una sonrisa que ella misma me estaba mostrándome que yo no me iba a conformar con un beso. Ese día Rocío estaba diferente. Había llegado con una actitud más positiva tras sus vacaciones.Se acercó a mí, y pegó su cara a mi torso desnudo, mientras yo con mis brazos los pasaba por su espalda, acariciándola y juntándola a mi cuerpo. Estuvimos así unos largos segundos, y luego cogí su cabeza entre mis manos, ...
    ... metiendo mis dedos entre su pelo para acariciar su nuca, y bajando la cara, mis labios se juntaron con los suyos. Fue un beso largo, húmedo y de una intensidad que pocas veces he llegado a sentir a lo largo de mi vida.Mi polla empezó a levantarse, empujando la toalla que tenía atada a la cintura, oprimida contra su cuerpo.- Ves lo que te decía.- Me dijo sonriendo y echando una mano para apoyar y agarrarla por encima de mi toalla.Mis manos se metieron bajo la tela de su amplia blusa, y recorrieron su espalda hasta llegar al corchete del sujetador. Y con la práctica de las últimas veces, en un giro rápido de dedos lo desabrocharon. Así podía acariciar bajo su blusa su espalda desnuda.Rocío se separó de mí, y desabotonando sus mangas y el botón más alto de la blusa, en un rápido gesto, se sacó la blusa por la cabeza como si fuera una camiseta. Al levantar la tela por su cabeza, sus pechos saltaron por debajo del sujetador desabrochado, quedando al aire ante los mis emocionada vista. Era una auténtica preciosidad, con su piel blanquita, esos grandes pechos, con unas areolas rositas, con esas maravillosas protuberancias, y unos pezones no muy marcados, pero deliciosos. Se deshizo también del sujetador, y se volvió a acercar a mí para darnos un nuevo beso.Lentamente fui bajando. Primero besé su cuello y sus hombros, y poniéndome de rodillas acerqué los labios y lengua a sus maravillosos senos, dándole pequeños besitos por toda su superficie, hasta llegar a uno de los pezones, lamerlo y ...