1. Doña Rocío, la sirvienta. Séptima parte y final.


    Fecha: 02/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Primera Vez Autor: Sensual1972, Fuente: xHamster

    Durante los siguientes dos meses nuestros encuentros fueron intermitentes, unas veces porque faltaba, ya que la salud de su marido continuaba delicada, y otras porque me evitaba al considerar que aquellos encuentros tan tiernos no estaban bien. La verdad es cada encuentro siempre estaban llenos de ternura y a cual más intenso.Recuerdo aquella mañana de primavera, unos días después de Semana Santa, en la que mis padres dieron permiso a Rocío al habernos ido de vacaciones a Sevilla. Intentaba no pensar en ella mientras miraba las procesiones, pero aquellos días se me hicieron muy pesados y solo deseaba volver a ver a nuestra maravillosa sirvienta.Tras el Domingo de Resurrección, esa semana era no lectiva en la universidad, así que estaba un poco más tranquilo con los estudios, pero mis padres sí que tenían que trabajar, así que para mí maravilloso, porque así podía charlar con Rocío, y quien sabe si tener uno de nuestros encuentros mágicos.Esa mañana me desperté sobre las diez y media de la mañana, cuando Rocío ya había adelantado bastante las tareas de la casa. Estaba realmente cansado de tanto caminar por Sevilla y el viaje de vuelta el día anterior, donde pillamos mucho tráfico en unas carreteras que no eran como las de ahora.Al bajar a la cocina, no vi a Rocío, pero la sentí que estaba fregando el suelo del salón.- Buenos días, Rocío.- Buenos días, Javier. ¿Qué tal los pasasteis por Sevilla? Dicen que es una ciudad muy bonita.- Bueno... Mucha gente, las procesiones muy ...
    ... pesadas, y te eché mucho de menos.- Mira que eres tonto, Javier. Anda, y vamos que te pongo el desayuno.Me senté en la silla de la cocina, y contemplaba el cuerpo de Rocío moviéndose con una energía que no tenía los meses anteriores. Se movía con alegría y soltura, mientras yo intuía sus maravillosas formas bajo sus amplias ropas de trabajo.- ¿Qué tal estos días por aquí?- Muy bien, Javier. Vino mi hija Isabel con el marido y el niño a pasar unos cuantos días, y disfruté mucho con el enano. No sabes que muñequito tan rico y guapo que tengo de nieto.- ¡Cómo me alegro! Hacía tanto que no se te quitaban esas ojeras de la cara. Pareces una jovencita de lo feliz que se te ve.- Muchas gracias, hijo. La verdad es que han sido unos días muy felices, y mi marido estos días no me ha dado mucha guerra. También a él le ha suavizado el carácter al tener al niño en casa.Me quedé desayunando en la cocina, mientras ella subía a la parte de arriba para limpiar la habitación de mis padres y la mía.Cuando subí al baño para ducharme, ella estaba acabando de limpiar la de mis padres, así que me fui a dar una ducha. Ya me movía tranquilamente sin ayuda de las muletas, así que tristemente ya no necesitaba su ayuda en el baño.Acabé de ducharme, me afeité, y una vez arreglado, salí con la toalla atada a la cintura rumbo a mi dormitorio.Allí estaba Rocío, acabando de arreglar mi habitación.- Espera que cierre la ventana, Javier. A ver si te vas a coger un resfriado.Y cerrando la ventana y corriendo la ...
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